Díaz llegó desde Cuba jugándose la mera existencia apostando por una vida mejor. ¿Y qué es el deporte sino arriesgarlo todo por alcanzar nuevas fronteras?. Avisó a propios y a extraños cuando en el Campeonato de España de 2023 estableció su mejor marca en 17'59. O cuando consiguió hace tan sólo un par de meses el tercer mejor salto de la historia (18'18) en el Campeonato Europeo de Roma.
No necesitó volar tan lejos en estos juegos de París 2024, que están siendo algo limitados en cuanto a ruptura de récords. Le bastaron dos centímetros más que al portugués Pedro Pichardo, que defendía el título. Al igual en Roma, los dos saltadores de origen cubano se han disputado la supremacía, en un Stade de France donde abrió la competición un Jonathan Edwards que detenta la mejor marca de la especialidad (18'29) desde 1995.
Díaz, el pupilo de Iván Pedroso en su factoría de saltadores, logró el éxito que no alcanzó Peleteiro en esta edición y cerró una jornada épica para el olimpismo español sumando la cuarta medalla en atletismo y la decimoquinta en estos juegos.