Rafael de la Guía, la enciclopedia del baloncesto valenciano: “Cuando los soldados americanos llegaban al puerto les intercambiábamos naranjas por pelotas de basket”
Publicado el 01/01/2025 a las 00:00
Jugador, árbitro, entrenador del Llíria y Lanas Aragón, entre otros, y socio más antiguo de Valencia Basket. Rafael de la Guía Torres encarna gran parte de la historia del baloncesto valenciano.
Entrar al salón de casa de Rafael de la Guía Torres (Cartagena, 92 años) es sumergirse en la historia del baloncesto valenciano. Cuando das el primer paso en su despacho ya no hay vuelta atrás. Las miradas se fugan a las fotografías de los años 70 u 80, a los diplomas de entrenador, a los trofeos o a los primeros carnets de Pamesa Valencia, de los cuales colecciona casi 40, siendo uno de los socios con más antigüedad, además de accionista.
Rafael es el mejor representante de la afición de Valencia Basket. Empezó a ver al equipo en Mislata. Ahora lo hace cada partido en la Fonteta antes de dar el salto al Roig Arena. “Yo recuerdo primero ir a Mislata la primera temporada. Las oficinas más tarde estaban en las naves de Penyarroja. Luego fue el traslado a la Fonteta mediante un convenio municipal. Y aquí nos entregaron el primer carnet de abonado, de 1988. Fue algo nuevo. En aquel entonces era polideportivo, no solo baloncesto. Y más tarde hicieron una remodelación de las gradas.
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Ya son 92 años. Una edad avanzada que no le impide a Rafael, para nada, contar todo tipo de historias y anécdotas de hace décadas. “Pienso conseguir el 93 y 94 (años) y algo más. Gracias a mi yerno y a mi hija puedo ir a la Fonteta. ¡Me han llevado al parking nuevo! Y ahora iré al concierto del Roig Arena. Porque tengo que estar. El Valencia sin mí no es nada y yo sin el Valencia tampoco soy nada. El baloncesto soy yo”, explica Rafael de forma emotiva.
Seguidamente, Rafael enseña su copia del certificado de accionista de Valencia Basket: “Soy accionista. Con mis posibilidades entonces compré una acción”. Un momento emotivo en el que también recuerda la figura de Pipo Arnau: “Tuve una amistad con Pipo durante toda la vida. A él lo quería con locura. El padre de Pipo jugaba en el Centauro de veteranos Con 49 años me matriculé en la universidad a distancia y me hice abogado. Allí coincidí con Pipo”.
Los años de abonado y accionista de Valencia Basket que lleva a sus espaldas Rafael son la verdadera muestra de un nutrido pasado en el mundo del baloncesto. Hacer un resumen es una tarea ardua y de gran responsabilidad para quien escribe este artículo, por lo que algunos episodios de su vida son los más destacables y representativos para contar.
Los primeros años
“Mi afición al baloncesto nace viviendo en Alicante. Residía en la Calle Calderón de la Barca. Un poco más arriba había unas instalaciones del centro de juventudes con un patio en el que se jugaba. Ahí conocí a Pedro Ferrándiz, el entrenador más laureado del baloncesto español. Los tableros de las canastas eran de madera. Estamos hablando de inicios de los 50”, comienza explicando Rafael.
La etapa como entrenador
Rafael bromea con que no era muy bueno jugando a baloncesto, de tal forma que decidió empezar a entrenar: “Me dieron la oportunidad de hacer un curso para entrenadores. Los títulos los daban a nivel provincial. Iba por provincias. Se convocó el segundo curso nacional. Tuvimos que desplazarnos. Fernández y yo nos fuimos con el 600 y nos matriculamos en el colegio Ramiro de Maeztu, sede del Estudiantes. Las prácticas las hacíamos en el Palacio de Deportes municipal de Madrid.
Sus primeros pasos como entrenador surgieron de la forma, tal vez, menos esperada posible: “Vicente Añón tenía una empresa de serigrafía. Mi hermano contactó con él y le dijo: mi hermano es entrenador. Me llamó y me comento si me interesaría entrenar al juvenil del Espanyol, que en aquel entonces pertenecía al frente de juventudes. En el equipo había un chaval que se llamaba Escribà. Era amigo del hijo de Ernesto Martínez Colomer. Y ese fue el punto de unión para convertir el juvenil del Espanyol en el Lanas Aragón”.
Entre las continuas y numerosas anécdotas que cuenta Rafael durante la conversación, destaca una de ellas con el Lanas Aragón: “Jugamos el primer partido contra el equipo del Parque Móvil de Madrid. Tenía el campo al lado del chalet de Doña Fabiola, la reina de Bélgica. Ganamos 40-4. El balón era de cuero. Aquello pesaba kilos…”.
La visita de los soldados americanos
Durante unos años que Rafael fue entrenador de Lanas Aragón, tanto él como sus jugadores se acercaban al puerto a esperar la llegada de soldados americanos: “Aprovechamos con el Lanas Aragón la visita de los barcos. Era gracioso porque nos íbamos a los portaaviones y nos llevábamos un saco de naranjas. A cambio de un saco de naranjas conseguíamos que los que llegaban de allí nos dieran balones de plástico antiguos. Jugábamos contra ellos y nos pegaban una paliza…”, recuerda entre risas.
Además, Rafael también cuenta que “cuando era entrenador iba a los cuarteles a ver los soldados más altos y les proponía jugar. Uno de ellos era el padre de Joan Peñarroya. Estaba haciendo la mili aquí”.
Su etapa en Llíria
Prosiguiendo con la increíble trayectoria de Rafael de la Guía, viajamos ahora a Llíria, donde coincidió con Isma Cantó. Allí Rafael estuvo entrenando dos veces por semana. “Subía con el 600. Me llevaba dos jugadores del Lanas Aragón. El campo del Liria era la piscina. Cuando el árbitro pitaba mal la gente empezaba “¡a la piscina, a la piscinaaa…! Allí estuve dos años y entrené a Isma Cantó y a Pipo Arnau”, explica Rafael orgulloso.
En el libro del 60 aniversario del club invitaron a Rafael a su presentación y también le mencionaron. “Allí se me quedó el sobre nombre del ‘entrenador manos arriba’ que tanto yo decía para defender”.
Entre otras experiencias como entrenador, cabe destacar el papel que tuvo Rafael en la época de los 70. “Más tarde entrené al Seat, de coches. Allí trabajaba uno de los gerentes, que había trabajado en Valladolid. Acabó como entrenador”, cuenta.
Y, por supuesto, otra curiosidad más: Rafael fue árbitro durante varios años. “Yo había conocido a la que luego fue mi esposa, vivía en Elda. Aquella temporada arbitré todos los partidos que jugaba el Elda en casa y así estaba con ella”, recuerda feliz.
Poder escuchar y contar los capítulos más destacados de la trayectoria deportiva y personal de Rafael de la Guía es transportarnos a los episodios más destacados del baloncesto valenciano. Es una suerte tener figuras como Rafael que tanto hicieron por este deporte, ayudándolo a crecer con el paso de los años y dándole el valor que se merece.
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Sergio Gea Boix
Redactor YSN.
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