Ser pionero en el deporte siempre tiene un valor doble, siempre multiplica más que suma; por un lado están los resultados que uno va consiguiendo y, por otro, el legado y el camino que va enseñando.

Tenemos grandes ejemplos en España en los últimos años con figuras como las de Fernando Alonso, que llegó y puso la Fórmula Uno en todos los hogares españoles, Carolina Marín, que enseñó que el deporte de raqueta tenía muchas más vertientes que las ya conocidas, o también Mireia Belmonte, que sedujo a un montón de españoles y las piscinas empezaron a llenarse queriendo imitar los pasos de la badalonesa y sus cuatro medallas olímpicas.

Pero antes de ellos todo germinó en Barcelona 92 para terminar de explotar en el siglo XXI y esos mismos pasos, aunque a otra velocidad, ha seguido el deporte paralímpico, que también sacó músculo en esos primeros -y hasta la fecha únicos- Juegos realizados en España.

Mucha culpa de ello tuvo el atleta Enrique Sánchez Guijo, que entre Barcelona 92 y Sídney 2000 llegó a acumular cinco medallas paralímpicas, cuatro de ellas de oro. Ahí es nada.

Perdió la vista de niño

Sin embargo, para poder entender su historia a la perfección tenemos que remontarnos al pasado porque su historia y su vida cambia siendo todavía un niño. Perdió la vista a consecuencia de una caída en bicicleta y, tras eso, decidió cambiar el fútbol por el atletismo. El resto, como ya hemos resumido brevemente en las líneas anteriores, es historia.

Retirado y viendo las cosas con perspectiva pasados los años, saca conclusiones pertinentes a apenas año y medio de la celebración de los Juegos de París.

«El deporte paralímpico ha cambiado mucho y lo ha hecho a mejor»

No deja margen a la duda cuando se reafirma en estas palabras y, centrado en el deporte español, pone en gran valor y estima el Plan ADOP, «una piedra de toque clave en la profesionalización de los deportistas».

A pesar de haberse retirado, Sánchez Guijo ha seguido muy preocupado y trabajando por el deporte paralímpico y por estar cerca de las personas con discapacidad. Eso sí, lo ha hecho desde la barrera, desde la empresa privada, desde el movimiento asociativo y desde el sector público, pilares desde los cuales se debe intentar fortalecer y gestionar de la mejor forma posible el movimiento paralímpico.

Tal ha sido siempre su implicación que tras su retirada ha tenido tiempo de ser presidente del Comité Paralímpico Europeo, ha sido profesor universitario, también concejal de Economía del Ayuntamiento de Salamanca y, a día de hoy, ocupa el cargo de director general de Deportes en la Junta de Castilla y León.

Mucho que aportar a la sociedad

Consciente de la falta de oportunidades que muchas veces tienen, en demasiados ámbitos, las personas con discapacidad, Enrique Sánchez Guijo pretende abrir puertas y formar un camino que todo el mundo pueda seguir en el futuro. Y tiene claros los motivos, como él mismo explica en unas declaraciones al Comité Paralímpico Español. 

«Las personas con discapacidad tenemos mucho que decir en economía, en derecho, en medicina o en cualquier otro ámbito de la vida»

Como está convencidísimo de ello, trabaja diariamente por la igualdad de oportunidades; en el deporte y también fuera del deporte y hace una petición que pretende que se escuche en todos los círculos posibles, la de reclamar que no se relegue a las personas con discapacidad exclusivamente a las áreas de servicios sociales.

Leyenda salmantina y española del atletismo y del deporte adaptado, el ejemplo de Sánchez Guijo es el que todo el mundo debe estar dispuesto a seguir. Siempre mirar hacia delante, siempre buscar una nueva oportunidad, no rendirse, trabajar, mantener viva la ilusión y hacer la vida de los demás un poco más sencilla. Ingredientes que, en estos tiempos, son una lección de vida.