A esta valenciana, que desde la primera vez que se subió a una bici ya le sobraban condiciones para llegar lejos sobre las dos ruedas, no le puede ni la presión de estar en la máxima élite autonómica y nacional ni tan siquiera el tener que compaginar su pasión deportiva con la exigente carrera de ADE. Su madurez es asombrosa, y si continúa con esta espectacular progresión las estrellas como Anna Sanchis tienen el relevo más que asegurado.
Un talento precoz
Son sus padres los que siempre le recuerdan a Cristina como fue su estreno sobre una bicicleta, ella era muy joven y apenas lo recuerda con nitidez, como tampoco el desarrollo de la primera carrera en la que compitió. Era contra chicos y chicas, en Ontinyent, y la segunda clasificada fue ella, despertando a una ‘bestia’ competitiva que desde aquel día no ha hecho más que “ir a ganar todas las carreras con mucha ambición”.
Primero en la categoría ‘Promesas’, con 6 añitos, y luego haciéndose mayor en las etapas de Infantil, Cadete, Junior y la sub23 que todavía está descubriendo por completo. Sin olvidarse nunca de que “te lo tienes que tomar como un juego, aunque haya mucho más sacrificio y esfuerzo que cuando eres muy pequeña, porque de lo contrario sería imposible aguantar todo el entrenamiento diario”, confiesa Cristina.
Ella disfruta muchísimo pedaleando y “es lo que me llena cada día”, para satisfacción de unos padres que tuvieron que aguantar sus ‘rabietas’ siendo una niña de 5-6 años hasta que le dejaron probar eso de la bici que tanto le llamaba la atención y que veía hacer a otros familiares. Concretamente a su tio, Paco Valiente, quien estuvo cerca del profesionalismo y el que inculcó la pasión ciclista en la sangre de Cristina.
“Apuntó a mi primo a correr, lo veía competir y me daba envidia. Siempre les decía a mis padres que quería correr, y como mi primo y mi hermano corrían pues me apuntaron. Curiosamente, ahora soy la única que sigue en esto del ciclismo”, nos apunta Cristina, quien nos atiende todavía exhausta después de una dura sesión de entrenamiento, justo en una jornada donde también ha tenido que atender obligaciones de su carrera universitaria.
Éxito en la bici y en las aulas
Cristina no solo es aplicada en la carretera, también lo es en su vida académica, donde las buenas notas y la preocupación por su futuro le hacen ser muy consciente de que su esfuerzo también debe estar en la carrera de ADE. Y por eso combina como puede, de lunes a viernes, estudios y bicicleta, con jornadas agotadoras para cualquier persona. “Es un poco agobiante, pero es lo que nos toca y nos acostumbramos. Estoy de lunes a viernes por las mañanas en la ‘uni’, a las tres y media llego a casa a comer, o a veces incluso me toca comer en el metro para adelantar y poder salir antes con la bici, que en invierno hace frío y oscurece antes”.
“Toca dejar la mochila, cambiarse y entrenar, llegar a casa, cenar y a estudiar o lo que toque hacer ya por la noche que es cuando tengo un hueco”, añade esta realidad del ciclismo español, a la quizá te hayas cruzado cuando sale cada tarde a pedalear por la carretera con la bicicleta de ruta.
Y su palmarés da buena fe de que tanto sacrificio tiene recompensa, por eso echarle un vistazo ya da algo de vértigo y deja entrever su enorme talento y el tremendo futuro que le espera por delante: prácticamente cada año campeona autonómica hasta la edad Cadete, cinco veces campeona de España al pasar a esta categoría, y en Junior campeona de España de ruta y subcampeona de contrarreloj individual. Además de todo esto, suma éxitos en la Copa de España, otro campeonato español pero esta vez en la modalidad de scratch en ciclismo en pista, un subcampeonato de España de ruta en este 2015, además de apariciones estelares en prestigiosas pruebas como la ‘Vida’ del País Vasco, donde fue primera en la general de la categoría ‘promesas’ y lució el maillot rosita en lo que ella califica como una “gran sorpresa y una alegría muy grande”, y una clásica en Bélgica. Allí, en su primera carrera a nivel internacional, su figura brilló con luz propia y fue la única de su equipo, el Lointek de Vizcaya, que acabó y además entre las 100 primeras clasificadas.
Un futuro por conquistar
Es el Lointek, equipo UCI profesional con la sede en el País Vasco, la que ya le va soltando las cadenas y dándole la confianza que su talento merece. Acaba de aterrizar en la categoría sub 23 y a sus 19 años es asombroso ver lo claro que tiene su presente, y también lo que desea encontrar en los años venideros.
“Mucha gente te dice que no vas a llegar a nada en el ciclismo y que me centre en los estudios, pero hay que intentarlo y no rendirse. Este año ya estoy empezando a conocer las grandes vueltas, es lo que te llena y donde realmente aprendes. En unos años quizá pueda estar con mi equipo en el Giro y el Tour, y por supuesto que sueño con los Juegos Olímpicos. Es la prueba más importante y la que más se valora, el año que viene con los de Río supongo que me pilla muy pronto y me gustaría estar en los próximos de Tokyo 2020”, confiesa Cristina.
En su mente habita ese objetivo pero también el de ir día a día con estudios y bicicleta, al 50%, dejando que el tiempo y los éxitos en cada faceta de su vida le vayan enseñando el camino. Por ahora toca añadir otro éxito más a un currículum que va sumando buenas noticias, al que puede llegar la de este domingo en Llíria donde ella es una de las grandes favoritas. Una ciclista valenciana que con su forma de hablar desprende pasión por el ciclismo, por la vida que le ha tocado vivir, y además con la naturalidad suficiente como para reconocer que este fin de semana más que en ganar, piensa en “disfrutar con las compañeras porque en la Comunidad Valenciana nos conocemos todas. Será una carrera muy bonita y donde voy a poder disfrutar del ciclismo”.
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