Y son unas zapatillas muy grandes que llenar, pero Josep Puerto (Benifaió, 1999) va quemando etapas a una velocidad de vértigo. Por eso salió de su localidad natal para recalar en la prestigiosa escuela ‘taronja’, a la que no se le escapa ninguna ‘perla’ que comienza a destacar en cualquier rincón de la Comunidad Valenciana.
UN CADETE ENTRE JUNIORS
Puerto jugó hasta infantiles en el equipo de su pueblo, de donde se marchó hacia la capital del Turia y en la que ha continuado con su crecimiento físico y baloncestístico. En la Federación Valenciana de Baloncesto le conocen de sobra, estando siempre integrado en la dinámica de una Selección Valenciana con la que acumula cinco participaciones en campeonato de España contando el último bronce, pero con la selección española también ha vivido experiencias desde que estaba en su primer año de categoría infantil.
Es ahora cuando más se está notando su progresión, compitiendo semanalmente en una categoría Junior que todavía no le pertenece por edad. Pero a ver quién es el ‘guapo’ que cuestiona la decisión, teniendo en cuenta que sus condiciones exigen una mayor competitividad que la que puede encontrar entre los cadetes como él. Y todos coinciden en que este salto anticipado al Junior A le viene bien, ya que cuanta más oposición y retos encuentre ante sí mejor será para medir las evoluciones que ha ofrecido respecto a la pasada temporada.
CARACTERÍSTICAS A LO CLAVER
Y siempre salvando las enormes y obvias distancias que existen entre un jugador que ya lleva muchos años en la élite y entre un ‘niño’ como todavía es Puerto. Pero hay detalles, como la posición en la cancha o el estilo de juego, que llevan a asociar ambos nombres, más teniendo en cuenta que los dos comenzaron sus carreras lejos de Valencia Basket pero se pulieron en la base ‘taronja’.
Los que le han entrenado, tanto en su actual club como en la Federación Valenciana, resaltan sobre todo que es un chico que ha crecido físicamente. Que está poniéndose fuerte y posee una gran capacidad física en el salto, con buena mano desde la media y larga distancia pero que todavía debe mejorar su velocidad en el tiro y un aspecto como es la capacidad defensiva para llegar a ser un alero tan completo como lo era Víctor Claver a su edad, aunque de corte son parecidos.
EL TIEMPO JUEGA A SU FAVOR
La paciencia es la palabra más repetida entre los que le ven jugar y entrenar a diario, la reflexión de que ahora mismo es uno de los diez jugadores más destacados de su generación pero que todavía es una incógnita en el profesionalismo. Bastante es que, estando en edad de último año de Cadete, ya luzca sus enormes virtudes para el baloncesto entre los Junior, pero de ahí a aventurar que será una estrella del baloncesto todavía hay varios obstáculos por delante.
De momento él ya se va poniendo en el escaparate, creciendo año a año a todos los niveles (últimamente dicen que ha dejado de ser tan introvertido y se ha vuelto más expresivo sobre la cancha, que ha trabajado ese aspecto de su carácter y ha cogido protagonismo al sentirse importante en su equipo) y realizando torneos como el del pasado enero. Fueron promedios de 13,5 puntos, 5,7 rebotes y 11,5 de valoración para un chaval que cumplirá este año los 16 pero al que le sobran motivos para llamar con fuerza a la puerta de la fama. El baloncesto valenciano anda necesitado de referentes pero eso no debe disparar las expectativas sobre un chico que ya tiene presente, pero que sobre todo tiene un enorme futuro por delante guiado por la cordura y tranquilidad a su alrededor.