Hay pocos deportes en el mundo del olimpismo que requieran más preparación, dedicación y concentración que la natación artística, esa sinfonía en la piscina en la que las nadadoras se juegan el trabajo de cuatro años en unos pocos minutos en los que cualquier mínimo detalle pueda dar al traste con la medalla.
España siempre ha sido un referente en la disciplina. Nadadoras como Gemma Mengual, Ona Carbonell y Andrea Fuentes son leyendas del deporte nacional, pero la nueva generación ya puede presumir de haberse instalado, definitivamente, en la élite más absoluta de la natación artística. Y la mejor muestra de ello es la medalla de bronce obtenida en la modalidad por equipos, un éxito que acompaña el diploma que lograron Iris Tió, la protagonista de esta historia, y Alisa Ozoghina en la competición de dúo.
Cuando escucha las palabras medallista olímpica se le iluminan los ojos a Iris Tió, quien empieza a ser consciente de la magnitud de lo logrado. “Es que es algo súper fuerte, la verdad”, cuenta a Yo Soy Noticia. “Para mí esto es un sueño hecho realidad. Es algo increíble. Me hace muchísima ilusión haber podido conseguir esta medalla”.
“Estoy muy feliz por el bronce y es algo que me motiva mucho para seguir adelante. Esto es la recompensa a tantos años de duro trabajo”
París 2024 siempre estará en su palmarés y en sus recuerdos más especiales. “Hemos demostrado que todo el trabajo previo se ha hecho muy bien. Yo solo tengo palabras de agradecimiento para nuestras entrenadoras y para todo el equipo que ha formado parte de esto”, sigue explicando, todavía emocionada, sobre la importancia de haber acabado en el podio olímpico.
En el CAR desde los 15 años
Recuerda que, aunque todavía tiene 21 años, entró en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) con apenas 15 años y, si ahora echa la vista hacia atrás, se da cuenta de “todo” lo que se ha mejorado en este tiempo. “Esa mejoría constante es lo que ha hecho que a día de hoy nuestro equipo haya logrado esa medalla de bronce olímpica”.
Aunque ha pasado algo más de un mes desde aquel día en la piscina parisina, tiene grabado en la memoria el momento en el que le colgaban la medalla. “Estaba al lado de Blanca Toledano y de Paula Ramírez, mis compañeras, y estaba viendo a mis padres en el público… fue algo muy bonito y después, cuando llegamos a la villa nuestros familiares y amigos estaban esperándonos fuera y fuimos corriendo a verlos y a abrazarlos”
“El recuerdo de ver a mis padres al regresar a la villa con la medalla es algo muy emocionante y que queda para toda la vida”
La felicidad es completa ahora, pero solamente ella y sus compañeras son conscientes de todo lo que han pasado hasta llegar aquí. Pero ese trabajo ya ha merecido la pena. “Esto es gasolina extra para el futuro, claro que sí. Ahora puedo decir que soy medallista olímpica y eso es un plus muy grande motivación y de confianza”.
Tras el éxito han llegado las vacaciones y el merecido descanso, fundamental para resetear y afrontar lo que venga por delante. “Ya hemos descansado y hemos cogido energía para empezar a tope la próxima temporada”, cuenta con más ganas que nunca de seguir.
Una medalla que consagra a una generación
Y es que ella sabe mejor que nadie lo “complicado” que es ganar una medalla internacional, pero sobre todo “una medalla olímpica”. Es por eso por lo que está tan orgullosa de ella misma y de todo el equipo que ha formado parte de eso. “Hemos trabajado muy duro para llegar hasta aquí. Ha sido un camino largo, de mucho trabajo, de mucho entrenamiento, de máxima dedicación, de esfuerzo, de hacer horas extra… Tengo una gran satisfacción por haberme vaciado, haberlo dado todo y haber conseguido este resultado tan grande”
Este es el resultado que consolida, definitivamente, a la nueva generación de la artística española, cuyo ciclo olímpico ha sido inmejorable. “Espero que esto sirva para que se nos reconozca internacionalmente”
“Llevamos muchos años trabajando para demostrar que somos un equipo fuerte, creativo y que tiene una buena ejecución y una buena impresión artística”
Ingredientes necesarios e indispensables para lograr semejante hazaña. “Espero que, a partir de ahora, se nos valore así. Pero, pese a ello, nosotras vamos a seguir entrenando con el objetivo de mejorar, porque siempre se puede mejorar y yo, a título personal, espero seguir haciéndolo”.
Más allá del brillo en la piscina, Iris Tió cuenta que la experiencia en los Juegos de París ha sido algo “increíble” y “muy fuerte”. Y lo dice con conocimiento de causa puesto que ella ya estuvo, hace tres años, en la cita olímpica de la capital nipona. “Tokio fue espectacular, pero no ha tenido nada que ver con esto. Sin covid y disfrutando de la villa olímpica, de ver a otros deportistas. Se ha vivido un ambiente muy festivo que ha sido impresionante. Y la ciudad se ha volcado con los Juegos”
Todo esto es algo que ha notado el público, pero que han vivido en primera persona los propios deportistas. “Creo que nosotros tenemos que saber disfrutar de ello porque estar en unos Juegos es algo único. Hay que competir al máximo, pero también valorar esta experiencia. Es la competición más especial que existe y para nosotros, esta vez, era muy bonito al ser tan cerca de casa y que pudiera venir toda nuestra gente”.
El altísimo nivel que hay en el dúo
Tió se va de París con el bronce por equipos y un séptimo puesto en el dúo que mejora el décimo logrado en Tokio. “En la competición por equipos todo salió muy bien y en el dúo nos vamos con un diploma y habiendo mejorado respecto a los de 2020”, continúa contando sobre ese dúo junto a Alisa Ozoghina
“Arriesgamos bastante con la dificultad y la impresión artística. Creo que nadamos muy bien y estamos orgullosas porque hay dúos con mucho nivel”.
Y resalta el hecho de que muchos de los dúos que están en los primeros puestos son “hermanas gemelas”, algo que da siempre una compenetración extra, sigue explicando con esa sonrisa que tantas veces le hemos visto ya en la piscina. “Nosotras, obviamente, no lo somos, pero hemos trabajado mucho, estamos contentas y somos conscientes que todavía nos queda margen de mejora”
Lograda la medalla en París, ahora arranca un nuevo ciclo olímpico que finalizará en Los Ángeles 2028, algo que se ve lejano en el horizonte, pero el tiempo avanza deprisa y no se puede perder ni un segundo. “Cuando acabas unos Juegos siempre tienes muchas ganas de los siguientes porque es una experiencia increíble y muy motivante”, dice sobre ello.
Sin embargo, sabe que es momento de mirar “a corto plazo” y de ir “paso a paso” .Además, en el caso de España llega un cambio de entrenadora que repercutirá en otros cambios. “Cambia la entrenadora y el staff, así que supongo que el próximo año habrá un funcionamiento un poco distinto porque cada entrenadora tiene su manera de hacer las cosas”.
“Nosotras ya estamos muy motivadas pensando en el Mundial del próximo verano en Singapur”