Uruguay se llevó el segundo COTIF de su historia tras ganar por la mínima a Argentina. Un gol de Barbas en el 42’ fue suficiente para adjudicarse el título del 40 aniversario, en una edición que será recordada por el duelo latinoamericano y también por el ambiente en las gradas, en la que, en la final, no cabía un alfiler.
Un fallo en una entrega de la defensa chilena le sirvió al 9 argentino -Carrizo- para probar suerte por primera vez en el 3’. Su disparo fue atajado por el arquero Kevin Martínez sin problemas. Los uruguayos contestaron con un chut de Agazzi que se marchó alto instantes después. Y su compañero Crucci tuvo una nueva opción en un remate tras ganarle un balón a la defensa de la Albiceleste en el 6’. El partido comenzaba con las revoluciones al máximo y el colegiado ya había parado la cita por varias faltas de cierta gravedad. Sin embargo, no había amonestaciones de momento.
Un caño lanzado por el 10 argentino -Lautaro Millán- levantaba los primeros olés de la grada. De nuevo Millán era protagonista con un disparo tras una jugada desde la banda derecha que el portero uruguayo blocaba sin problemas. Los de Diego Placente comenzaron el envite más entonados que sus rivales, más intensos. Los primeros veinte minutos eran suyos. Así es como se debe entrar en una final. Sin embargo, el marcador no se movía. Enfrente tenían a una rocosa Uruguay, uno de los mejores equipos de la edición 2024 del COTIF.
En el 21’, el 7 argentino -Zufiaurre- se sacaba un trallazo desde fuera que acababa golpeando el larguero. El remate posterior era parado por un meritorio Kevin Martínez. El portero uruguayo estaba siendo el mejor de los suyos. Un minuto después, un centro envenenado del 11 argentino no fue aprovechado por sus compañeros. Con la tensión al máximo, cualquier jugada podría causar que el electrónico se moviera.
El 10 charrúa -Pino- protagonizaba una conducción larga en el 25’, pero al final se emborrachó de balón y acabó demasiado escorado. Poco a poco, los ayer locales se hacían con algo más de dominio del balón y disponían de más ocasiones. No le perdían la cara al envite. El 11 de la Albiceleste -Benjamín Bosch- disponía de una nueva ocasión tras un centro desde la izquierda en el 32’, pero su tiro se fue por encima de la portería. Un gorrito del 10 uruguayo en el 39’ fue de lo mejor de los suyos, aunque la defensa rival logró despejar cualquier opción de gol.
Si el fútbol fuera un deporte a los puntos, los jueces habrían decretado la victoria de Argentina al final de la primera mitad. Pero el deporte rey es otra cosa y los goles no llegaron antes del paso a vestuarios. Todo estaba abierto.
Fabián Coito decretó dos cambios en el inicio del segundo tramo. Los uruguayos se hicieron con el balón nada más empezar la reanudación. Y abrieron el marcador. Germán Barbas remachó una jugada desde la derecha en el 42’. El partido daba un giro de 360 grados.
Los argentinos querían tocar y tocar, pero sus rivales no cesaban en la presión. Una ruleta del 2 uruguayo en el 46’ levantó a la grada, pero la jugada posterior se deshizo entre las piernas del equipo de Diego Placente.
Los ánimos se caldeaban, cada balón era disputado al máximo. El árbitro expulsaba al médico argentino tras una protesta. Todos los indicios invitaban a un final de partido de infarto.
En el 56’ el 3 argentino remataba un envío largo sin fortuna. La Albiceleste empujaba con todo. Sus rivales apuraban cualquier opción, como la protagonizada por Agazzi (7) en el 57’, con un disparo que no alcanzó la cepa del poste tras un contragolpe. Y en el 59’ los pupilos de Placente volvieron a tener una oportunidad para empatar, pero Kevin Martínez volvió a salvar a los charrúas.
Una falta rasa lanzada por el argentino Zufiaurre en el 71’ casi sorprendía a Kevín Martínez, que logró parar el remate rival en el córner posterior. El guion del partido se mantenía: los de Diego Placente atacaban a pecho descubierto y sus rivales los esperaban, defendiéndose con uñas y dientes. Uno de los secretos del éxito uruguayo en la edición 2024 del COTIF es la muralla defensiva que han cimentado en todo el torneo.
El 21 uruguayo enviaba un pase de la muerte en el 74’, pero su balón no encontraba rematador. No había momento para la pausa. Era un partido con el voltaje al máximo. En los últimos minutos del encuentro Uruguay apostaba por contemporizar y Argentina atacaba con el corazón.
Sin embargo, el marcador no se movió. Uruguay aprovechó su mejor oportunidad para llevarse su segundo COTIF 21 años después. La solidez defensiva mostrada en todo el torneo les dio el premio final.