Néstor ya descansa en su casa. Arropado por su familia, el gimnasta alcoyano fue uno de los primeros en abandonar la Villa Olímpica tras la participación de todo el equipo masculino. No ha podido contemplar el 7º puesto de su amigo Ray Zapata en la final de suelo desde el flamante Bercy Arena. Su cuerpo y su alma necesitaban del calor de la familia tras un ciclo olímpico muy exigente, en todos los aspectos.
“Hice lo mejor que pude. Di todo en esta competición”, confesaba tras su participación. Y es que, desde Tokio hasta hoy, Néstor Abad se sometió a una permanente prueba de superación. En la capital japonesa no pudo sacar su mejor versión, dando paso a un camino hacia París repleto de piedras en el camino.
En marzo de 2022 los médicos le confirmaron miocarditis, una infamación en el corazón que puso en jaque su carrera deportiva. Y su vida. Casi un año sin entrenar de la mejor manera, nunca renunció a su sueño olímpico.
Sin embargo, un año después, cuando parecía encarrilar el sendero de la alta competición ocurría otro episodio: el 16 de marzo de 2023, mientras el equipo nacional se trasladaba a un campus de entrenamiento en Portugal, uno de los neumáticos de la furgoneta que les trasladaba reventó. Un accidente que puso en peligro a todo el equipo y en el que su compañero Joel Plata se fracturó el fémur.