Carla Bernat, referente de una nueva generación tras hacer historia en Augusta: “No gané solo por mí, sino por todas las niñas que sueñan con esto”

Carla Bernat ya forma parte de la historia del golf español. La joven castellonense, nacida en 2003, firmó un logro sin precedentes al convertirse en la primera española en conquistar el Augusta National Women’s Amateur, uno de los torneos amateurs más prestigiosos del mundo. Un triunfo que, para ella, trasciende lo personal: “Sentí que no solo estaba ganando por mí, sino también por todas las niñas que sueñan con llegar lejos en este deporte”.

Su nombre se suma al de leyendas como Seve Ballesteros, José María Olazábal, Sergio García o Jon Rahm, todos ellos campeones en el icónico campo de Georgia. Pero Bernat no solo comparte escenario con ellos: también comparte referentes. Aunque ha entrenado en la academia de Sergio García, es en Rahm donde más se reconoce: “Jon es mi ejemplo más cercano. Me inspira su fuerza mental, su forma de competir con pasión y serenidad. Ha llegado muy lejos sin perder su esencia, y eso me hace creer que yo también puedo hacerlo”.

La conexión con la historia del golf español se materializó tras su victoria, cuando recibió la felicitación de José María Olazábal en el mismo campo donde el vasco conquistó el Masters. “Fue un momento muy especial. Sentí que estaba conectando con una parte muy grande de nuestro deporte”, recuerda.

Formada en sus inicios en el Club Costa de Azahar y posteriormente en el Mediterráneo Golf, donde ha compartido entorno con Sergio García, Bernat destaca la importancia del entorno que la ha visto crecer: “Si he llegado hasta aquí es gracias a muchísima gente que ha creído en mí desde el principio. Todos mis entrenadores, la Federación Valenciana, la Española… No tengo palabras para agradecerles todo lo que han hecho por mí”.

El golf universitario americano ha sido otra pieza clave en su desarrollo. Desde Kansas State, donde compite desde hace dos temporadas, ha dado un salto tanto deportivo como personal: “Me ha dado madurez dentro y fuera del campo. Competir cada semana, adaptarme a condiciones distintas y aprender a valerme por mí misma ha sido fundamental”.

Más allá del resultado, Bernat ha demostrado una gran fortaleza mental. En Augusta, supo controlar la presión con serenidad y una rutina clara: “Me repetía ‘un golpe a la vez, sin mirar el resultado’. También me ayudaba mucho hablar con mi caddy, Rinko, de cosas ajenas al golf entre golpe y golpe. Eso me mantenía relajada y centrada en el momento justo”.