Andreu Blanes vuela hacia Cegama y Canfranc: “El resultado no puede marcar el éxito del camino”

“Que le den a los tiempos”. La frase, lanzada por Andreu Blanes (Onil, 1989) en redes sociales a finales de año, no es una simple rabieta. Es una declaración de intenciones. El atleta alicantino, que en los últimos años compitió al más alto nivel en pista persiguiendo el sueño olímpico en los 3.000 metros obstáculos, ha dado un giro a su carrera. Ahora vive, entrena y compite con otra mentalidad. Sin el reloj como juez. Sin el ruido de los objetivos ajenos.

Andreu Blanes ha comenzado una nueva etapa en su carrera. Tras dejar atrás su andadura en la pista con el sueño olímpico en mente, el corredor de Onil ha decidido centrarse en la montaña. Lo hizo oficial a principios de temporada y lo ha ratificado en la montaña de Ibiza, donde se proclamó campeón de España de trail en una prueba que servía de preparación para su primer gran objetivo del año: la mítica Zegama-Aizkorri.

“En verano ya sabía que iba a cerrar la etapa de la pista. Tenía ganas de probar el trail. Hice también el maratón de Valencia, que está a medio camino entre la pista y el trail”, explica. Una decisión que no fue fruto del impulso, sino de un proceso: “Nos hemos fijado mucho en cómo mi cuerpo reaccionaba al desnivel y a las subidas y bajadas. Me gusta hacer las cosas de forma ordenada y dentro de un proceso”.

Blanes rozó la mínima olímpica en 3.000 obstáculos —se quedó a seis segundos—, pero asegura que la experiencia le ha servido para crecer: “Dije en redes sociales ‘que le den a los tiempos’, porque al final da igual. Ir a los juegos es un gran objetivo, pero la vida es el camino hasta llegar ahí. Me lo he pasado muy bien y no tiene sentido regodearse en las cosas que he hecho o no hecho”.

Con 33 años, asegura sentirse en plena forma física y mental. Su rutina semanal sigue siendo muy similar a la de un atleta de pista: tres sesiones de calidad, rodajes suaves, gimnasio y tirada larga los domingos. En su preparación para Zegama, Ibiza fue un test exigente y lleno de aprendizajes. “Había mucho nivel y nos da muchas conclusiones de las cosas que hay que mejorar. Jan y Miguel, que fueron segundos y terceros, apretaban mucho en las subidas y tengo que mejorar para subir más cómodo”, apunta. Aun así, salir campeón nacional le ha permitido asegurarse una plaza en otra de sus grandes metas del año: Canfranc.

“El plan del año era Zegama y Canfranc. Este campeonato me venía perfecto porque además daba una plaza para Canfranc asegurada. Me quedo tranquilo para poder centrarme en mis entrenamientos”, afirma. Su manera de entender el deporte tiene poco que ver con la obsesión por los resultados: “Mi objetivo es llegar a la línea de salida en Zegama y estar convencido de que soy la mejor versión para afrontar los 42 kilómetros. El objetivo es más de proyecto que de resultado”.

Ahora, Blanes vive con ilusión el descubrimiento del trail: “Es una disciplina muy diferente y muy poco cuantificable. Poner una posición o un tiempo sería muy atrevido”. Aun así, no descarta regresar al asfalto si las sensaciones lo permiten: “Me gustaría volver a hacer un maratón porque tuve buenas sensaciones en Valencia. Me gustaría experimentar y ver dónde me ponen los resultados”.

Sobre su madurez como atleta, el de Onil reflexiona con perspectiva: “Sí que pienso que los jóvenes se tienen que aislar de una información muy inmediata. Es muy fácil querer ese nivel ya y puede ser un factor limitante. Yo lo he descubierto todo de forma orgánica y natural”. Y concluye: “Me gusta mucho lo que hago y esa es la clave para seguir aquí”.