La dureza del campeón: El triunfo y el fracaso; Puerta grande o enfermería. Llegar a lo más alto es una tarea ardua con trabajo que casi nunca se ve. Así lo hizo Kiko Martínez, Campeón del Mundo de Boxeo de peso plumaY así lo ha contado a este diario. Conocemos la intrahistoria del campeón de Torrellano (Elche) días después de su gran triunfo en Sheffield (Londres).

La victoria de Kiko ‘La Sensación’ Martínez fue doblemente histórica. Primero, porque se trata de un Campeonato del Mundo y, segundo, porque consigue igualar a Javier Castillejo como el único boxeador español capaz de ser campeón del mundo en dos categorías distintas: supergallo y pluma en el caso del ilicitano. «La hazaña que he conseguido es algo muy bonito para el boxeo», explica Kiko. Y añade: «Sí se puede conseguir algo que está al alcance de muy pocos pero se puede con mucha disciplina, trabajo muy duro y con ganas».

Su casa es ahora el centro oficial de visitas de Torrellano. O más bien el de Elche y el de la comarca del Baix Vinalopó. No para de recibir visitas. La cantidad de afición, que al final es el resultado del triunfo, quiere una foto con el ídolo de municipio. Siempre fue ídolo, pero ahora con más motivo. «Menos mal que vivo en el campo ¡Si viviera en Torrellano me hubiera vuelto loco con tanta gente que ha venido a verme! La gente se está volcando. Estoy muy agradecido«. comenta feliz.

De hecho, aprovecha para contar cómo fue el recibimiento en Torrellano, donde le esperaron unas 500 personas: «Estaban todos mis amigos y mucha gente que se acercó de Elche y alrededores. Mi hija quería estar todo el rato conmigo». Fue recibido por el Alcalde de Elche, Carlos González, y por el edil de Deportes, Vicente Alberola.

Una resaca complicada

La gloria de levantar el cinturón de Campeón del Mundo trae consigo una resaca «increíble», tal y como define Kiko. «Todo el trabajo, el esfuerzo y el estrés lo estoy notando ahora. No lo sabe mucha gente pero es un trabajo muy duro. Es peor la parte de después del combate que la de antes. Ya no solo llevo las seis semanas en las que me contrataron para esta pelea, sino que tuve una pelea justo antes de empezar a prepararme. Además he estado entrenando todo el verano».

Dentro de esa resaca, los días posteriores del combate están siendo difíciles para Kiko, sobre todo por las noches: «Llevo 8 meses sin parar de entrenar mañana y tarde. Tengo el cuerpo loquísimo. A las 6 de la mañana me desvelo y no puedo dormir más. Tengo mucho estrés porque el cuerpo quiere entrenar ya que es lo que llevo haciendo durante muchos meses». Ahora admite que descansará pero de forma progresiva «hasta que el cuerpo se adapte. Si ahora mismo corto radicalmente de toda actividad física mi cuerpo se va a defender de alguna manera. Se va a hinchar, se va a volver loco», detalla.

«Llevo 8 meses sin parar de entrenar mañana y tarde. Tengo el cuerpo loquísimo»

El duro camino hacia el olimpo

Poca gente lo conoce. No suelen transcender este tipo de datos a la opinión pública. Pero Kiko Martínez se preparó para esta cita durante tres años. Y en el último lo hizo de forma intensa. Tan intensa que cuenta que no ha tenido ni un solo día de descanso. «Me quité vacaciones y salidas con los amigos. En el confinamiento me preparé en un campo de alto rendimiento en mi misma casa de campo. Me establecí un plan de entrenamiento los 365 días del año. No he descansado ningún día del año, fuera domingo o estuviera de vacaciones», detalla.

El mejor ejemplo del sacrificio continuo de Kiko lo muestra su mujer, que le llegó a tildar de «loco» hace unos meses: «Mi mujer dice que me he vuelto loco. Dice que soy un viejo porque no me junto con nadie. Yo le dije que no tendrían que haber quitado el confinamiento porque a las 22:00h. ya estábamos en casa. Ha sido una locura para mí y para mi familia. No hemos tenido vacaciones desde hace mucho tiempo porque todo el verano lo hemos pasado en casa entrenando. Y así durante tres años».

Aprovecha para contar cómo fue su día a día en el confinamiento: «Me levantaba a las 7:00h. Luego paraba a comer y por la tarde seguía entrenando. Así fue todo mi confinamiento. Constantemente cuidándome a rajatabla. No me he bebido ni una cerveza. Sabía que iba a salir una oportunidad mundialista y que la podría aprovechar». Y antes de todo ello, la retirada rondó por la cabeza del boxeador: «Me planteé retirarme pero me lo pensé dos veces y quise continuar para llegar a ser Campeón del Mundo. Me dije a mí mismo que si me quedaba (en el deporte), tenía que hacerlo muy bien para volver a ser campeón».

Historia junto a Castillejo

Haber levantado el cinturón de Campeón del Mundo de peso pluma y hace ocho años el supergallo ubica a Kiko junto a otro de los boxeadores españoles más laureados de la historia: Javier Castillejo. El boxeador madrileño también consiguió vencer en dos categorías diferentes (superwelter y medio). Ahora, ambos son los únicos boxeadores españoles capaces de ser campeones del mundo en dos categorías distintas. 

«Ser Campeón del Mundo está al alcance de muy pocos. Pero ser Campeón del Mundo en dos divisiones es todavía más difícil. Y la gente no es consciente que yo he sido doble campeón también en Europa en dos divisiones. Todo esto es algo muy complicado», detalla el ilicitano.

La historia y el dato no se queda ahí, sino que, además, para Kiko, Javier Castillejo es «el papá de todos los boxeadores españoles». «Estar junto a Javier Castillejo es algo increíble. Es un ídolo para toda España», apunta orgulloso. Y aprovecha para criticar las poca ayuda y promoción por parte de las instituciones: «Las instituciones españolas deberían reconocer el mérito que tiene haber conseguido lo que hemos logrado Castillejo y yo».

Un año más compitiendo

Ahora el boxeador ilicitano todavía se marca el objetivo de competir durante, al menos, un año más. Y preguntado sobre si ya ha alcanzado el máximo logro en este deporte, responde: «Siempre queda algo más. Ahora a mí me gustaría unificar corona. Juntar dos coronas mundialistas. Eso se puede lograr el año que viene. Siempre nos podemos superar».

«Quiero dedicarme a ser un gran entrenador, un magnífico padre y un gran marido»

Kiko también se está imaginando la vida de después. Lo que le espera tras colgar definitivamente los guantes dentro, en principio, de un año. Vivirá así una vida más tranquila según nos confiesa: «Quiero buscar una vida más tranquila. Dedicarme a ser un gran entrenador, un magnífico padre (tiene dos hijas) y un gran marido».

En los últimos meses y años, y con la pandemia como gran influyente, el tabú de la ayuda psicológica ha ido decayendo. El ejemplo lo encontramos en la deportista valenciana, Marta García, que explicó que no pudo disputar la última carrera de las W Series en Estados Unidos por problemas de ansiedad. Y Kiko, como cualquier gran deportista de élite, también recibe ayuda psicológica una vez a la semana. Y lo explica: «Es muy duro mantener un nivel tan alto y con unas expectativas tan exigentes como intentar ser campeón del mundo. Llevo casi un año trabajando con él, Rafa, y me ha ayudado muchísimo a no rendirme y superarme continuamente«.

La noticia es la intrahistoria del triunfo de un campeón valenciano. Aunque en realidad Kiko es de Caniles (Granada), «pero llevo aquí desde los seis meses», apunta. La otra historia es la de sus inicios y la explicación de por qué escogió este deporte: «Yo veía muchas veces como la gente se metía con mis hermanos y conmigo. Intenté que no eso no fuera así. En seguida me enfoqué a entrenar y a ser un gran boxeador». Y aclara: «Casi nunca tuve peleas en la calle».

Ahora Kiko se cambiará de deporte por unos instantes. Lo hará el domingo, cuando haga el saque de honor del Elche CF-Betis CF en el Martínez Valero. «Soy muy del Elche, me hace mucha ilusión», finaliza.