José Carlos López, de futbolista aspirante a perla del atletismo: "En España vamos muy atrasados respecto al deporte adaptado"

José Carlos López hoy tiene 22 años y es por méritos propios una estrella emergente del atletismo tanto en pruebas de velocidad como de salto de longitud y de altura. Pero a los 14, este madrileño de nacimiento afincado en Castellón quería ser futbolista como casi cualquier chaval de su edad.

De hecho tiene un hermano menor, Luís Miguel López, que a sus 20 años milita en el Sporting de Castellón, club decano del fútbol base en la provincia: "Por suerte han salido ambos bastante deportistas" presume su padre José Luis, que acompaña a su hijo durante esta entrevista y hace las veces de portavoz al otro lado del teléfono debido a la timidez de nuestro protagonista.

Pero en la pista muestra todo el descaro y el atrevimiento del mundo en las múltiples disciplinas que practica. Numerosas convocatorias con la selección nacional, su participación en nueve Campeonatos de España, dos Europeos y dos Mundiales, amén de innumerables torneos autonómicos y multitud de podios y medallas así lo atestiguan:

"Un gran objetivo serían los JJOO. Para París se quedó a poco de conseguir la mínima, pero pensamos que con 25 años, con un poco más de maduración física y técnica, puede ser el momento perfecto para ir a Los Ángeles 2028. Sería un sueño y una guinda sin duda", nos dicen padre e hijo.

"Un gran objetivo serían los JJOO. Para París se quedó a poco de conseguir la mínima, pero pensamos que con 25 años, con un poco más de maduración física y técnica, puede ser el momento perfecto para ir a Los Ángeles 2028. Sería un sueño y una guinda sin duda"

FUERA DE JUEGO INESPERADO

Maduración. Esa es la palabra clave que, por azares del destino y la genética, hicieron que José Carlos tuviese que abandonar sus sueños de fútbol para acabar reconvirtiéndose en la figura del atletismo que es hoy. Quizá en el fútbol no habría llegado a nada, o se habría lesionado. Quizá sí. Como se suele decir, a veces la vida es cuántica y buena suerte, mala suerte, quién sabe.

Tras una serie de pruebas se llegó a la conclusión de que José Carlos sufría un retraso constitucional madurativo y del desarrollo. Literalmente, según consta en los informes médicos, el diagnóstico completo fue el de “retraso psicomotor de etiología no conocida desde la primera infancia. Hipoacusia irreversible de oído izquierdo. Reflujo vésico-ureteral previamente intervenido. Adenoidectomía. Se ha descartado síndrome de X-frágil y diagnosticado trastorno por déficit de atención”.

Es decir, un desarrollo físico y mental por debajo de lo esperable a su edad, con un grado de discapacidad estimada del 61 % y además una sordera en un oído, que suele conllevar también problemas de equilibrio, como también nos contó recientemente el gran Mario Raúl Martínez.

Padre e hijo nos hablan de lo que supuso ese diagnóstico en aquel momento: "Evidentemente fue un mazazo pero al menos ya sabíamos qué era lo que ocurría. Le hicieron varios estudios en Madrid y al menos fue un alivio saber que no había ningún tumor cerebral ni nada de esa gravedad. Para determinar la falta de desarrollo que existe los endocrinos hacen una radiografía de muñeca, de este modo saben con mucha precisión la diferencia que hay entre edad cronológica y evolutiva. Tenía un desfase de 2 años y 2 meses", concretan.

José Carlos nos habla de su intensa relación con el deporte desde pequeño: "Siempre me gustó el fútbol, como a mi hermano Luís Miguel, y jugábamos en el cole, en los parques, y en verano en la playa. Mi madre nos apuntó a torneos del polideportivo del barrio y lo pasábamos muy bien. Me gusta mucho el fútbol pero en general todos los deportes, igual que a mi padre. Llegué a practicar a la vez pádel, baloncesto, natación y de vez en cuando tiro con arco y buceo”.

Pero llegó un momento en que su especial condición médica le puso en una encrucijada que las instituciones no supieron resolver adecuadamente:

"Le tocaba jugar en categoría Cadete y al ser el fútbol un deporte tan lesivo nos daba miedo de que le pudiera pasar algo, así que pedimos a la federación que le concedieran licencia para militar en una categoría inferior. Estuvieron un año de silencio administrativo, yo envié como 30 informes médicos y nadie hizo caso. Al menos sí sirvió para que luego tomaran cartas en el asunto y ayudasen a otra gente”, nos dice José Luis, padre de nuestro protagonista.

"Tenía un desfase madurativo de 2 años y 2 meses. Le tocaba jugar en categoría Cadete y pedimos a la federación que le concedieran licencia para militar en una categoría inferior. Estuvieron un año de silencio administrativo, yo envié como 30 informes médicos y nadie hizo caso"

REGATE Y RELEVO

Y efectivamente, aunque a veces el progreso siempre llega tarde, pese a que el caso de José Carlos no fuese atendido adecuadamente ni en fondo ni en forma, al menos sirvió para sentar un precedente que tiempo después culminó en que por fin la Federación de Fútbol de la Comunidad Valenciana crease la "Licencia Diversa", lo que ayudó a corregir esta situación con posterioridad y benefició a otros jóvenes en una situación similar.

En cuanto a él, no tuvo más remedio que abandonar la práctica del deporte que amaba. Después, la pandemia pareció truncar para siempre sus aspiraciones deportivas. Pero cuando todo parecía perdido, se abrió una puerta a la esperanza:

"En ese proceso conocimos al entrenador Omar González y vio que José Carlos tenía aptitudes para el atletismo. Él es cubano y se percató además de que al ser José Carlos hijo de dominicana y español tiene una mezcla de músculos de velocidad y resistencia muy adecuada lo cual le hacía apto para competir tanto en velocidad como en salto de longitud.

Estamos muy agradecidos por su implicación y trabajo, así como al preparador físico Maykel Dihigo. Son gente acostumbrada a trabajar con atletas de talla mundial como Marileidy Paulino y otros tantos, pero.ambos están muy felices haciendo esto con José Carlos, hasta el punto de que a menudo dicen que tarde o temprano les gustaría centrarse en el deporte adaptado porque en ocasiones es más gratificante que el mundo del deporte de élite, donde las cosas no siempre son tan bonitas como podría parecer", apunta José Luis.

"En ese proceso conocimos al entrenador Omar González y vio que José Carlos tenía aptitudes para el atletismo. Él es cubano y se percató además de que al ser José Carlos hijo de dominicana y español tiene una mezcla de músculos de velocidad y resistencia muy adecuada lo cual le hacía apto para competir tanto en velocidad como en salto de longitud"

Y a partir de ahí, llegó un éxito tras otro en lo deportivo, pero también en lo personal, que en su caso es todavía más importante si cabe. Nunca resulta suficiente el hincapié que puede hacerse a la hora de ensalzar los múltiples beneficios para cuerpo y mente que comporta el deporte, pero en el especial caso de José Carlos sólo se puede hablar de una auténtica y transformadora bendición, que le ha ayudado a tener una mejor autonomía, una mayor autoconfianza y que, en resumen, le ha cambiado la vida para bien a todos los niveles:

"Para mi hijo el deporte ha sido algo maravilloso. No ha habido nunca problemas, sólo logros. Estoy convencido de que al margen de los resultados el mayor beneficio es que se sienta más seguro de sí mismo y mejore su interacción personal con los compañeros porque por edad es importante que crezca esa independencia. A esto ha ayudado mucho la FEDDI, trabajan muy bien, le han mostrado mucho apoyo y además me permitieron acompañarle en plena pandemia, lo que hizo que a raíz de ahí José Carlos se atreviera a ir muchas veces solo y eso le ha ayudado mucho", sigue compartiéndonos su padre.

Aunque no todo son agradecimientos, bienaventuranzas y parabienes. José Carlos y José Luis también han experimentado sinsabores y sienten cierta decepción por la falta de apoyo que han experimentado en ciertos momentos de cara a su progresión en el atletismo, al igual que tuvieron que sufrirlo en el fútbol:

"Nos fuimos de Madrid para ganar calidad de vida, y en ese sentido estamos contentos en Castellón. Pero también sentimos cierta amargura porque las instituciones no apoyan lo que deberían el deporte adaptado. Es un problema a nivel nacional, vamos muy por detrás de otros países. Y esto es preocupante porque ciertas condiciones de salud pueden conllevar problemas de salud mental por depresión y otras comorbilidades. En ese sentido el deporte es esencial porque es lo que puede cambiar la vida de la gente, mejorar su estado de ánimo y darles un propósito

Estamos decepcionados con el Playas de Castellón, porque para un club tan importante como es, parece que sólo les importa el deporte de élite y no hacen nada por el adaptado. También hemos estado en la ONCE o en la UJI y no nos han hecho ni caso. Muchos chavales con discapacidad tienen entusiasmo pero luego no encuentran los apoyos necesarios. Te puedo enseñar dos carpetas de lomo ancho con todo tipo de gestiones, la mayoría de ellas, infructuosas. Mismo en el Club Vall d’Uixó donde está, él es prácticamente el único que está haciendo deporte adaptado, es triste, pero es así", afirman con contundencia.

Precisamente hace tan sólo unos días, La Real Federación Española de Atletismo ha otorgado - una vez más y ya van ocho años consecutivos- al Facsa Playas de Castellón el premio a mejor club español del año en categoría masculina y femenina, un galardón que ha sido entregado este sábado 5 de abril durante la Gala del Atletismo Español en la sede del Comité Olímpico Español. Y ciertamente un club de esa dimensión bien podría predicar con el ejemplo y tirar del carro con la inclusión en el atletismo, ya que como suele decirse un gran poder conlleva una gran responsabilidad.

"Sentimos cierta amargura porque las instituciones no apoyan lo que deberían el deporte adaptado. Es un problema a nivel nacional, vamos muy por detrás de otros países. Estamos decepcionados con el Playas de Castellón, porque para un club tan importante como es, parece que sólo les importa el deporte de élite"

UN FUTURO RUTILANTE, PERO CON LOS PIES EN LA TIERRA

Como ya informamos, acaban de volver de su segundo Europeo, el que ha disputado junto a la Selección Española en la pista corta de Finlandia, esta vez sin medalla debido a los imponderables. José Carlos analiza en primera persona el campeonato y hace balance con nosotros de su participación:

“No tenía la mínima en longitud y en velocidad me faltaban 4 centésimas. En el Campeonato de España fui campeón en longitud y tercero en velocidad, me quedé muy cerca. Pero el 18 de marzo, quizá por alguna lesión, nos comunican que me han seleccionado. Es la cuarta vez que voy convocado con la selección: Europeo de Cracovia, Mundial de Vichu, Mundial de Reims y ahora Europeo de Finlandia. .

Estoy satisfecho dentro de que hemos tenido que cambiar el modo de entrenamiento ya que me convocaron cuando sólo quedaba una semana y tuve que entrenar en específico. Lo malo fue que en la salida me desequilibré, la crema corporal que usamos se me quedó en la mano y al apoyar en el suelo se me resbaló un poco. Luego remonté y casi supero al tercero, pero me faltó un pelo. Batí marca personal y quede cuarto en 60 metros pero hubiera logrado medalla si no hubiese tenido ese problema en la salida, que no fue muy buena”, nos detalla.

"En la salida me desequilibré, la crema corporal que usamos se me quedó en la mano y al apoyar en el suelo se me resbaló un poco. Luego remonté y casi supero al tercero, pero me faltó un pelo. Batí marca personal y quede cuarto en 60 metros pero hubiera logrado medalla si no hubiese tenido ese problema en la salida"

Tras este europeo, José Carlos ya prepara el próximo Campeonato de España al aire libre para este mes de abril. En el de pista cubierta de Orense el pasado febrero fue el primero en longitud y tercero en 60 metros. Después vendrán un autonómico y uno de clubs, con fecha por determinar. Y la guinda llegará en septiembre y octubre con el mundial de la WPA en la India y el Campeonato del Mundo de Australia.

“Me han gustado todos por igual pero el primero, el de Colonia fue muy especial por ser la primera vez. Y en Vichy me gustó mucha la inauguración y la clausura”, afirma José Carlos, que gracias al deporte ha pasado de estar un tanto en su burbuja a viajar por medio mundo.

Como es evidente, a nivel deportivo aún le queda mucho por vivir, pero tanto padre como hijo saben que el deporte tiene fecha de caducidad y que hay que pensar también en alternativas para el futuro:

"Lo que le gustaría de verdad es encontrar un trabajo relacionado con el deporte, aunque es complicado al no tener la ESO o formación profesional. También le encantan los animales, no le importaría ser auxiliar de veterinaria", concluye José Luis, con indisimulable amor paternal.