El baile. Un deporte que todos practicamos. Con mayor destreza algunos, con menos la mayoría. Pero hay un lado del baile que es más desconocido para el público general, y es esa vertiente competitiva. Un mundo de gran esfuerzo y sacrificio para muchos bailarines.
Un deporte federado a nivel nacional, y también autonómico con la Federació de Ball Esportiu de la Comunitat Valenciana. Así pues, hemos considerado conveniente visitar una de las escuelas más destacadas en Valencia para conocer más acerca de todo lo que hay detrás del baile deportivo.
Pas a Pas Valencia tiene sus instalaciones en la Calle Cuenca de Valencia, en una zona muy céntrica de la ciudad. Allí nos esperan Sara Salvador, Jesús Blázquez y Mar Albelda, los tres directores de la escuela.

Jesús, Sara y Mar, directores de la escuela, junto a David Quijal de YoSoyNoticia.es
«Pas a Pas, aunque se conoce como una escuela, es nuestro proyecto de vida. Hubo un momento que decidimos dar un paso más y crear esta escuela. Este centro donde poder abarcar la mayoría de estilos de baile. También nace de un camino natural que cualquier bailarín puede tener, de impartir clases y seguir ligado al baile deportivo», expone Jesús. «Somos exbailarines y queríamos que nuestros alumnos tuvieran una casa donde aprender todos los estilos», continúa Sara, destacando también la amplia variedad de profesores.
«Tenemos gente de todas las edades»
Bachata, salón, urbanos, zumba, flamenco, sevillana… y más modalidades del baile se pueden encontrar en esta escuela. «Además tenemos gente de todas las edades», nos apunta Mar. Desde los más pequeños hasta los más mayores. «Incluso tenemos niños de 18 meses», detalla ante nuestra grata sorpresa de que se incorporen tan pronto al deporte
Los inicios de Pas a Pas
Pas a Pas nació en 2016 de la mano de Sara, Jesús y Mar. «El baile es un deporte económicamente exigente, y aunque podemos tener apoyo de los padres, si quieres tener una carrera necesitas trabajar. Entonces empezamos a dar clases en una escuela, y es donde nos conocimos. Nos llevamos muy bien y decidimos abrirlo», explica Sara del origen de la escuela.
«Sara y yo estábamos acabando la carrera deportiva, Mar en cambio estaba en plena. Y necesitábamos un proyecto propio en el que pudiéramos desarrollarnos en la etapa en la que estábamos», añade Jesús.
Encontraron un amplio local de un antiguo bingo que se adaptaba bien a sus necesidades, aunque como nos cuenta Mar como anécdota «hubo que tirarlo todo salvo los pilares». Y al abrir arrancaron con solo 20 personas, aunque ese número fue creciendo rápidamente.
«Al año y medio de 20 pasamos a 400 alumnos», apunta Jesús de lo bien que arrancó el proyecto. Sin embargo, la pandemia fue un duro bache en el camino. «Antes de empezar la pandemia, estudiamos ampliar el local. Luego llegó y nos hizo daño, pero ahora estamos remontando otra vez», comenta Mar.
Más que un deporte
Les preguntamos a qué creen que se debe este éxito, y por qué les eligen a ellos para formarse en el baile. «Bien por el carácter de los profesores o por el cariño que le dan a todo ese trabajo. Creo que es lo que perciben, que hay un equipo humano profesional y familiar. No digo que el resto no lo sean, pero a veces la danza tiene ese aire de disciplina y rigor», responde Jesús.
A esta argumentación se le suma Sara, quien explica que «buscamos adaptarnos a las personas, siempre buscamos que estén cómodas».
«Queríamos meter valores que para nosotros son importantes»
Una de las cosas que nos llamó la atención al visitar el centro, es que las aulas no iban enumeradas por números, sino por palabras: Valor, Soñar, Vida e Ilusión. «Todas las escuelas tienen números, y queríamos meter valores que para nosotros son muy importantes», nos cuenta Mar del motivo de esta original idea.
«Aquí también hay mucho baile lúdico y recreativo. No todo es competición. Queríamos algo que te predisponga a desconectar. Que ya no estás en el mundo real, en tu día a día, y puedes desconectar y disfrutar», continúa Jesús.
Una escuela con mucho talento
Dentro de la escuela se forman algunos de los mejores bailarines del país, como en su día lo fueron sus directores, quienes cosechan grandes logros y participaciones destacadas a nivel nacional e internacional.
«Tenemos muchas parejas que han sido campeonas de España y han sido formadas aquí», destaca Sara, quien pone el ejemplo de Joan y Alina que «han sido campeones sub21 y siendo adultos de primer año, han sido quintos de España de la categoría absoluta». Todo un logro, y que habla muy bien del futuro que tienen por delante.
Ahora también está siendo momento de ver los frutos de estos años de dedicación, y niños que se introdujeron al baile con ellos, empiezan a destacar en competición. Mar nos pone el ejemplo de un niño que empezó con ella desde los 3 años: «Ahora tiene 8 años y ha sido finalista de España. Verlo como empezó contigo, que lloraba cada vez que venía y no paraba hasta que se ponía los zapatos de baile, y ver como ha evolucionado, es muy gratificante».
Para formar ese gran talento, se necesita de un contexto profesional que desde Pas a Pas buscan dotar a sus alumnos. Trabajan con psicólogas especializadas como Tamara Arroyo o Irene Checa, o Cristina Monleón en nivel de preparación física.
El baile, un deporte de mucho sacrificio
No es un deporte sencillo de llevar, y la vocación debe ser muy importante. Mar nos cuenta su experiencia personal: «Se lleva con mucho esfuerzo, y con la idea clara de qué es lo que tengo que hacer y qué tengo que dejar atrás para cumplir mi objetivo. En mi caso personal, mi pareja de baile era de Barcelona, y tenía que irme todos los jueves allí a entrenar. Volvía los lunes, trabajaba… Es complicado, y debes tenerlo todo bien organizado».
«A veces no puedes estar con la familia en eventos importantes. Viajas mucho, y cuando viajas no es lúdico. Es competición. Viajas por todo el mundo, pero no ves el país», sigue Sara de los sacrificios del deportista. «Hemos visitado muchos aeropuertos», bromea Jesús.
«Aprenden cosas como gestionar la frustración»
Con su experiencia personal intentan también apoyar en esta carrera deportiva a sus alumnos. «Les aconsejas con lo que has vivido», apunta al respecto Sara. «Se crea un vínculo que muchas veces está por encima del rol de entrenador-deportista. Como si fuera familia. Se viven muchas alegrías, pero también tristezas cuando no se consiguen los resultados», comenta por su parte Jesús.
En ese sentido, hablamos de los valores que el deportista adquiere en su camino competitivo, y cómo gestionan sus emociones. «Aprenden cosas como gestionar la frustración, en un mundo en el que es muy complicado. Estamos en la era de la inmediatez, y esto les inculca una filosofía que si no practicaran un deporte, sería más complicado», expresa.
Lo de ‘Pas a Pas’ no es un nombre casual. Precisamente trata de eso. «En el deporte se necesita ir paso a paso para conseguir las cosas», nos dice Sara.
El momento del baile deportivo
Aprovechamos la ocasión para preguntarles a nuestro anfitriones por cómo valoran la situación actual y el estado de salud del baile deportivo. «En el ciclo hay un poco de bajada de lo que sería el volumen. Eso no significa que el nivel sea inferior. Los que resisten lo dan todo, y como nivel estamos en un muy buen punto. Sin ir muy lejos, la pareja campeona de España son terceros del mundo, y es la primera vez que ocurre», analiza Jesús.
Eso en cuanto al baile en pareja, aunque sí que es cierto que, como nos comentan, hay otras modalidades «que sí que están teniendo un auge, porque son más novedosas y no es tan complicado como en pareja, que debe ser un dúo mixto y para cuadrar todo es complicado».
El claro ejemplo es el que comentábamos de Mar Albelda, y el tener que desplazarse a Barcelona. «Se necesita que todo encaje. La forma de trabajar, el carácter…», detalla Sara.
En el camino de hacer grande este deporte y que más gente se interese por él, también trabaja Pas a Pas. Como acciones de puertas abiertas en simulaciones de competición, con las que se puede conocer las diferentes disciplinas.