Jaume Masià Vargas traza las curvas de los Grandes Premios de Moto3 a más de 250 kilómetros por hora; sin levantar la moto más de 3 centímetros de la calzada. No lo puede evitar. La ambición por seguir creciendo y mejorando sus estadísticas en su estreno oficial en la competición le está llevando a ser comparado con los inicios del gran Marc Márquez.
De hecho, registros en mano y obviando el clásico símil con un piloto de élite, está en la total disposición de presumir de ello, porque ha logrado adaptarse a la moto con una rapidez impropia para sus todavía 17 años. En menos de dos temporadas ha pasado de disputar alguna carrera puntual, ante la lesión de algún compañero, a contar con una plaza propia en el Mundial.
Ha pasado de disputar alguna carrera puntual a contar con una plaza propia en el Mundial
También dispone del apoyo de un equipo, el Platinium Bay Real State, que ha sido el primero en confiar en él y le está facilitando desde el comienzo del nuevo curso todo lo necesario para competir. Desde la propia motocicleta, pasando por el equipo mecánico, hasta el pago de cualquier material usado, que es uno de los mayores problemas de los pilotos jóvenes por la alta cifra de su coste.
Por ello, consciente de la oportunidad que tiene entre manos, afronta cada carrera como si fuera la última; exprimiendo la manivela del gas hasta el máximo. Es más, cuando se le pregunta sobre ello, nunca duda en alzar la voz para explicarlo. Tres años después, desde que empezara de forma profesional en el mundo del motor, valora cualquier muestra de confianza.
Jaume Masià afronta ahora cada carrera como si fuera la última
Es lo que le ha permitido este último año dar el gran salto de las participaciones puntuales a la regularidad en la categoría de Moto3. Eso sí, no sin antes luchar de principio a fin en la Cuna de Campeones –«mi segunda casa»– y experimentar el primer cero en Argentina, tras haber empezado la temporada con la cifra de cuatro puntos en Qatar.
Le siguió al ya anunciado «nulo», ante una correlación de problemas en el Gran Premio de Termas de Río Hondo, otra negativa en Estados Unidos y, sobre todo, un arreón en Jerez de once puntos. El piloto de Algemesí logró poner el broche de oro al fin de semana con una quinta posición, la mejor marca de su historia en la categoría.
Masià logró en Jerez la mejor marca de su historia en la categoría
Aquello, junto a la admiración de su equipo por lo conseguida sobre el asfalto, le llevó dos semanas después a posicionarse en la décima posición y alzarse con los respectivos seis puntos. Aun así, su evolución hizo un parón en las competiciones de Montmeló y Mugello al sumar dos «nulos» consecutivos y alejarse por primera vez de las primeras posiciones.
Fue, antes de sumar los 13 puntos en Holanda y después de aprovechar la caída de sus rivales para comandar de principio a fin una remontada histórica, su «pequeño tropiezo», como él mismo califica, en Moto3, aunque nunca vaya a dejar de ser lo habitual en una categoría que cada vez está más igualada y los destellos de calidad al mando del manillar son la mejor arma para ganar.
Los dos nulos de Montmeló y Mugello fueron el primer tropiezo de Masià en Moto3
Así pues, con el seguimiento de todas sus últimas participaciones en el Mundial de Moto3, el joven piloto de Algemesí sigue aumentando a pasos agigantados su parentesco –no físico ni geográfico– con Marc Márquez, el piloto que ya suma siete títulos a los mandos de una motocicleta y tuvo un inicio muy similar a Jaume Masià. Ahora llega la hora del aspirante.