Javier Beneyto nació el 15 de abril de 1996 en Enguera, y desde bien pequeño ya era todo un aficionado al motociclismo gracias a la pasión que le inculcó su padre. Aunque Beneyto insistía en que le compraran una moto con 5 años, su madre no estaba muy convencida.

Forjado en casa

Dos años más tarde y con el deseo escrito en una carta a Papá Noel, llegó su primera moto de cross. El pequeño talento se trazaba sus propios circuitos caseros en terrenos que tenía su padre, incluso algún día se dejaba ver por circuitos de carretera ya que la velocidad era la rama que más le llamaba la atención.

Ya con 15 años, el valenciano se compró a escondidas de su madre una moto de circuito con la que empezó a entrenar en 2011. Tan solo un año después,  comenzó su andadura en el mundo de la competición participando en el Territorial Valenciano en 80cc, categoría en la que consiguió el subcampeonato.

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Con el apoyo del equipo Mom de Xàtiva participó en las dos últimas pruebas del MotoDes, logrando un segundo y tercer puesto. En 2013, volvió a disputar el Territorial ya que no económicamente no se podía permitir participar en el Campeonato de España.

Era imposible competir contra las marcas fuertes»

En 2014, fue el piloto probador de un prototipo de moto que hizo la Universidad Florida para la categoría PreMoto3 del Campeonato de España, una experiencia positiva pero en la que no pudo lograr grandes resultados.

“Hicimos lo que pudimos, nos clasificamos de milagro pero no podíamos hacer nada más porque era imposible competir contra las marcas fuertes. Sabíamos a lo que íbamos”, nos cuenta.

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En 2015 apenas pudo correr alguna carrera, pero en 2016 participó en 80 GP y, aunque estaba logrando muy buenos resultados, una lesión no le permitió finalizar el campeonato.

Me gustaría ser campeón, y vamos en buen camino»

Esta temporada, Javier participa de nuevo en 80 GP habiendo logrado ya 3 medallas consecutivas de plata y una victoria en Benifaió: “Me gustaría ser campeón, y vamos en buen camino pero está muy complicado, hay mucha rivalidad”.

Sueños caros

Sin embargo, los sueños en el mundo del motor siempre se ven truncados por el dinero: “Económicamente no podemos correr todo lo que quisiéramos.” Javier lleva compitiendo muchos años gracias a la ayuda de sus padres, quienes siempre han hecho todo lo que estaba en su mano para que siguiera formándose como piloto.

Este año la suerte está de su parte, y cuenta con pequeños patrocinadores que hacen que pueda seguir adelante.

“Vicente, conocido en el mundo de las motos como ‘El Moro’, se está desviviendo por mi, dejándome la moto apunto cada fin de semana. Además, quiero agradecerle a todos mis patrocinadores su ayuda, sino no podría seguir hacia delante», afirma.

Juntando un poco de aquí y un poco de allí, puedo correr”

Pero no todas las ayudas le caen del cielo, el piloto trabaja como tornero y como camarero en un bar, además de ayudar a sus padres en la carnicería familiar: “Juntando un poco de aquí y un poco de allí, puedo correr”.

Javier es un ejemplo perfecto de sacrificio y esfuerzo y, aunque se ha tenido que dejar los estudios para poder continuar compitiendo, le gustaría retomarlos más adelante.

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Aunque sin saber de dónde saca el tiempo, todavía consigue poder entrenar todos los días practicando bici, running y boxeo: “Cuando empecé a competir no hacía tanto deporte, y ahora que hago ejercicio cada día lo noto muchísimo sobre la moto”.

En un futuro…

La ilusión de Beneyto ha cambiado su rumbo en estos años. Comenzó soñando con llegar a MotoGP, pero hoy en día lo ve muy complicado: “Me veo muy mayor ya para llegar a MotoGP.”

Pero no tiene tres trabajos y entrena cada día por pura diversión, no lo hace para coger la moto el domingo y darse una vuelta.

Javier tiene una meta y una ilusión que le impulsan a seguir adelante con su característica alegría, y es continuar formándose como profesional: “Me lo tomo muy en serio, todo lo que hago es entorno a la moto”.

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El piloto de momento quiere centrarse en esta temporada para poder sacarle el máximo jugo posible, aprender de los errores y darse a conocer. Y como él cuenta entre risas, quién sabe si alguien le ve correr alguna carrera y le dice: «Toma este dinero y ponte a correr el Campeonato de España con una 600”.

Nada es imposible, y con la constancia de Beneyto, menos todavía.

Pase lo que pase en un futuro, el piloto no se quedará con la espina clavada de no haberlo intentado. Está reuniendo todas las papeletas para poder continuar adelante en el motociclismo, con tantas ganas de luchar por su sueño que ni con todo el oro del mundo podrían pagarse.

Javier continuará subiendo escalones poco a poco, y sirviendo de ejemplo para todos aquellos que están pensando en rendirse. Si no lo intentas, nunca sabrás lo que hubiera pasado.