Esta es la historia de unas niñas que, desde que tenían 9 años hasta los 11 que lucen actualmente, no han conocido el sabor de la derrota en la competición provincial. Así de claro, convirtiéndose en una ‘piña’ indestructible capaz de desesperar a equipos masculinos en su misma liga, los mismos que las reciben de primeras con una sonrisa burlona hasta que acaban frustrados por no tener respuesta al juego y actitud de las invictas del Grupo USA Handbol Mislata.

Triunfadoras en un entorno mayoritariamente masculino

Raquel Ponce es su entrenadora, contando con la inestimable colaboración de su hermana Lourdes y las entrenadoras del conjunto Infantil María del Mar Gómez así como la del Cadete, Sonia Rodríguez. Todas, además del presidente José Antonio Rodríguez junto a la directiva y figuras como Gregorio García, el legendario entrenador y actual director deportivo del club, han contribuido con su granito de arena a que estas chicas ahora de categoría Alevín lleven 3 años haciendo historia.

Raquel las cogió hace tres temporadas, cuando todavía eran de categoría Benjamín y competían en ligas mixtas de su edad (oficialmente son mixtas pero la realidad de la pista es que son muy pocas las chicas que participan en los equipos, y mucho menos que haya un equipo solamente formado por mujeres como es el caso del Mislata) sin apenas pasar de la mitad de la pista. No eran un grupo compacto donde las virtudes de todas y cada una de ellas salieran a relucir.

Yo no tengo estrellas, cada una tiene un potencial diferente que unido ha dado los frutos que ha dado, aparte del trabajo diario. El secreto es la buena combinación que tienen entre ellas”, señala Raquel, jugadora en los tiempos dorados y boyantes a nivel económico del balonmano en la zona que complementa el deporte con su profesión de maestra de inglés en Educación Primaria.

Su etapa con las chicas ya ha tocado a su fin a la espera de lo que ocurra tras el confinamiento por coronavirus COVID-19, pues acababan de ganar la liga contra chicos por segunda vez (de los tres títulos consecutivos el segundo de ellos sí que fue jugando en una liga solo de chicas), y tenían que haber jugado en estas fechas un torneo Preinfantil con el que ir preparando a estas jugadoras para su salto a la nueva categoría, que ya asemeja el juego al de los mayores.

Mientras esperan acontecimientos sobre el final de esta campaña 2019/20, en el Grupo USA Handbol Mislata combaten el confinamiento con vídeos de apoyo, retos con el balón y otras actividades para que todas estén entretenidas con el balonmano “porque es su pasión”.

Un ‘problema’

Ganar nunca lo es, pero sí que puede serlo el momento de la gestión de las primeras derrotas, que seguro que a estas chicas les llegará tarde o temprano. “Es un problema no saber lo que es perder todavía, y es algo que no se me va de la cabeza. Me preocupa pensando en el futuro”, confiesa Raquel, la entrenadora que no deja de asombrarse día a día con lo que son capaces de lograr unas niñas que han pasado de aprender conceptos básicos de bote, pase y armar el brazo, a ganar partidos cada fin de semana contra chicos o chicas, daba igual el género que tuvieran enfrente.

Desafiando lo establecido para gente de su edad, y en un balonmano alevín que está concebido menos hacia la competición y más hacia la formación. “Ellas son un mensaje andante de igualdad, de que las mujeres pueden hacer todo lo que se propongan”, señala Raquel, que en torneos de pretemporada ha dirigido a este invicto grupo siendo capaz también de tumbar a conjuntos femeninos en edad Cadete, hasta 3 años mayores que ellas.

Su grito de guerra, “¿Qué somos? Un equipo, y ¿qué vamos a hacer? Luchar, luchar y luchar” es un mantra que aplican cada día sin excepción y sin hacer prisioneros/as.

Ahora ya nos conocen, pero siendo benjamines de segundo año en la primera temporada que competíamos en liga mixta siendo chicos la mayoría de rivales, las niñas vivieron menosprecio y burlas de los oponentes cuando nos veían llegar al pabellón. Luego, cuando veían que en la pista no podían con nosotras, a veces llegaban insultos o gestos como el no darnos la mano al final”, rememora Raquel.

Alguna agresión o golpe feo contra alguna jugadora suya también ha visto, pero rápidamente los entrenadores rivales reaccionaban y educaban a sus chicos para que cuando se volvían a cruzar en la segunda vuelta, el ambiente y ánimo general era mucho más edificante. Así es como también se educa a nuestros jóvenes para que sean mejores personas y deportistas.

Y como no todo va a ser negativo, estas 14 niñas que componen el equipo también han sido objeto de elogios y alabanzas por parte de equipos, padres/madres rivales y hasta de los árbitros. Es lo increíble de un grupo humano joven pero sobradamente preparado, que hace las delicias de aquellos que ven sus partidos y alucinan con la manera tan adulta que tienen de jugar.

«En mi equipo todas saben lanzar y defender, todas aportan, todas saben hacer fintas y lanzamientos, todas suman en el grupo. Todas somos importantes y nadie se queda atrás, y eso que hay calidades diferentes en el grupo. Se conocen de memoria y tienen una coordinación entre ellas brutal”, remarca Raquel, que como buena portera que fue en su etapa de jugadora en activo también pone el foco en esta demarcación entre sus chicas. Un aspecto clave para entender estos 3 años sin morder el polvo.

La esperanza para un club de cantera como este Grupo USA Handbol Mislata que posee categorías desde Benjamín hasta el Senior de División de Honor Plata Femenina. Una entidad 100% femenina que tumba a los chicos en competición un año sí y otro también, dando esperanzas de un futuro mejor para todos los apasionados de un deporte que ofrece maravillosas historias como el de este grupo de 14 invictas que el año que viene, en Infantiles, ya solo jugarán en competiciones femeninas. Pero cuando echen la vista atrás, recordarán que ellas fueron un enorme ejemplo de empoderamiento en el deporte.