Cuando apenas tenía 16 años, Yo Soy Noticia se sentó a charlar con una jovencísima Sofía Val. Corría el año 2021 y la pandemia gobernaba nuestras vidas, sin embargo, esta excelente patinadora ya asomaba la cabeza en aquel momento, ya apuntaba maneras y sonreía al escuchar eso de que era una de las grandes promesas del hielo español.
Apenas tres años y medio después de aquello cuelga de su cuello la medalla de oro conseguida en la Universiada de Turín, una competición importante en la que compiten algunos de los mejores jóvenes del planeta. “Estoy muy bien, muy contenta. Ha sido una semana de muchas emociones. Fui una de las abanderadas en la ceremonia de inauguración, así que empezó fuerte la semana y luego ha habido muchos nervios, mucha concentración, pero ha valido la pena porque he terminado muy feliz”
Cuando evoca esa primera entrevista que hizo con nosotros, tiene claro que no se imaginaba lo que iba a crecer como deportista en bastante menos de un lustro.
“Si en 2021 me dicen que iba a conseguir todo lo que he conseguido, no me lo hubiera creído. Tengo la sensación de que todas las piezas del puzzle han ido encajando a la perfección”
De Turín a Turquía, sin pasar por casa
Es una manera muy gráfica de contarlo y explicarlo y que deja claro que es muy consciente de todo el proceso hasta llegar hasta aquí. “La verdad es que no puedo estar más feliz con todo: con mi compañero, con mi actual vida en Madrid, con mis entrenadores…”. Tiene claro que todo forma parte de proceso en el que ella ha sabido ser paciente, “seguir y seguir” hasta haber alcanzado la élite de la danza sobre hielo cuando todavía es muy joven y tiene todo por delante.
Sin embargo, tiene claro que no es momento de pensar en esa medalla de oro porque de Turín ha volado a Turquía para afrontar una nueva competición. “Hay que seguir enfocados porque tenemos otro desafío importante. Vamos a disfrutar de este gran logro, pero manteniendo los pies en el suelo”.
Respecto a haber ganado la Universiada, Sofía Val explica que es “un resultado importante” porque “una medalla de oro siempre significa mucho y más en una competición con tanto nivel y tan grande”, nos resume. “Hemos trabajado mucho y, al final, más que la medalla en sí, me quedo en cómo nos hemos sentido después de nuestras dos actuaciones. Y también de cómo hemos evolucionado durante la temporada. Creo que la clave es siempre seguir adelante porque yo tengo claro que las medallas son el resultado de mucho trabajo. Da mucha gratitud poder recoger los frutos de todo ese esfuerzo”
Asaf Kazimov, algo más que un compañero en el hielo
Resume Sofía Val que su temporada “ya está llegando a su fin” y recuerda que arrancaron “en septiembre”, así que esta cita de Turquía puede ser la última competición. “Iremos viendo, pero estamos aquí con la idea de intentar hacer unos programas limpios. Al final, siempre hay cosas que podemos mejorar y nos vamos a centrar en eso para poder terminar con fuerza, con energía y con el objetivo de seguir mejorando”
“Han sido meses muy intensos, de mucha adrenalina, agotadores, de muchos nervios, pero de disfrutarlos muchísimo porque esta es nuestra pasión”
Cuenta que esta es la primera vez que vuela directamente de una competición a otra -de Turín a Turquía- “sin pasar por casa” y reconoce que es algo que se hace “duro” porque “consume muchísimo y es muy cansado”. Explica que el día del viaje lo intenta utilizar para “reponerse, descansar lo máximo posible y resetear de cabeza. Cuando empiezas una nueva competición tienes que hacerlo desde cero, muy concentrados y sin poder relajarte. Es muy intenso, pero también se disfruta”
Un pilar clave en todo este proceso es la comunión con su compañero en el hielo, el mencionado Asaf Kazimov. “Si a un esquiador le faltan los esquís es lo mismo que sentiría yo si no lo tuviese a él. Es mi otra mitad. Al final, la nuestra, es una disciplina que es en parejas y para que nuestra competición vaya bien tenemos que estar los dos a tope, muy concentrados y en una sincronía total el uno con el otro. Hay que tener mucho entendimiento tanto dentro como fuera del hielo. Yo tengo claro que es la mejor pareja que podría tener”.
“Nos entendemos estupendamente y las dos temporadas y media que llevamos juntos hemos tenido una evolución muy rápida porque creo que sabemos trabajar muy bien juntos”
El sueño de los Juegos Olímpicos
Y aunque su temporada 2024/25 va llegando a su fin, en apenas un año llegan los Juegos de Milán y Cortina y es el evento en el que todo el mundo quiere estar. “Claro que tenemos el gran objetivo de intentar estar, pero sabemos que hay muchos factores externos que no controlamos y que son vitales”, dice con la naturalidad que desprende en cada una de sus respuestas.
“Nosotros vamos a seguir trabajando para que todo lo que dependa de nosotros esté puesto. Que no nos quedemos fuera por falta de trabajo o de constancia. Todo lo que dependa de nosotros lo vamos a hacer lo mejor posible. Queremos intentar conseguirlo”, deja claro con esa ambición bien entendida que la caracteriza.
Porque sabe de lo que habla, porque lleva en este deporte ya unos cuantos años y porque está viendo una evolución en el hielo español que era difícil de imaginar hace pocos años. “En España se está viviendo un super boom”, cuenta feliz. “Yo antes tenía que entrenar fuera de España porque aquí no había ni condiciones ni entrenadores. Pero ahora, desde que pude mudarme aquí cuando se retiraron Sara Hurtado, Kiril Jalyavin y Ksenia Monko, que ahora son mis entrenadores, pues se ha notado mucho porque ya podemos entrenar al máximo nivel e incluso vienen parejas de fuera, que eso era algo impensable hace poco tiempo”.
“Estamos creciendo a pasos agigantados y, si se le va dando cada vez más visibilidad, creo que poco a poco dejaremos de ser un deporte así de minoritario”
Así que sí, su vida deportiva va creciendo desde ese 2021 en el que era una adolescente que prometía. “Estoy muy orgullosa de mí misma, de la paciencia y de la constancia que he tenido. De saber seguir y seguir y de haber superado esos momentos en los que te sientes perdida. Siempre he sabido seguir adelante y creo que eso ha sido lo más difícil. He contado siempre con el apoyo de mis padres y eso me ha ayudado mucho a estar donde estoy. Y ahora tengo claro que voy a seguir trabajando duro y disfrutando de este increíble momento que estoy viviendo. Y también he aprendido que está muy bien trabajar y pensar en el futuro, sin embargo, hay momentos en los que toca pararse y darse una palmadita en la espalda por haber hecho lo que he hecho, así que sí, estoy muy feliz”