La pilota valenciana es un deporte en el que para llegar lejos es necesario tener paciencia, ser constante y saber que como deportista, te enfrentas a una carrera de fondo. Son muchas las partidas, los campeonatos y las oportunidades, pero se debe saber esperar el momento adecuado para crecer sin desmoralizarse.
La mitger de Foios es un ejemplo de superación en la pilota. Pasó de luchar por ganar algún quinze cuando era pequeña, que jugaba contra chicos o contra chicas que tenían mucha más fuerza que ella, a ser campeona Individual de los Jocs Esportius (JECV) de One Wall en categoría infantil o a luchar por el campeonato de frontón Individual de Primera este mismo viernes.
La constancia, el crecimiento personal y el esfuerzo la han llevado a ser una de las pilotàries con más proyección en el mig, pero no ha sido un camino de rosas para la jugadora del Club de Pilota Massalfassar. Empezó en la pilota con 8 años, tras ver a su hermano mellizo, Raúl, jugar y divertirse en la escuela de Foios. Cuando ella se apuntó, su hermano se había cambiado a Massalfassar porque su padre conocía a Jesús Fontestad, entrenador de la escuela y mítico expilotari de galotxa, además de actual vicepresidente de la Federació de Pilota Valenciana.
“Al principio me resultaba muy difícil. No coordinaba bien y no le pegaba bien a la pilota y tampoco tenía fuerza en comparación con las niñas de mi edad, era bastante duro, pero mi hermano me ayudó, jugué mucho con él y me enseñó que el esfuerzo y la constancia dan sus frutos. A los 13 o 14 años mejoré mucho la técnica gracias a los entrenamientos con Jesús y a que me di cuenta de que debía jugar con gafas para enfocar mejor la pilota”, asegura Mar Alfonso.