Es la primera vez que un árbitro valenciano coordina y ejecuta como Juez Principal una de las competiciones de piragüismo más conocida a nivel mundial y que, edición tras edición, es examinada con lupa por palistas, entrenadores, directivos, público y medios de comunicación convirtiéndose en la prueba más polémica y controvertida del piragüismo.
La «Fiesta de les piragues» congregó a decenas de miles de personas en Arriondas y Ribadesella, así como a lo largo de los 20 kilómetros por los que discurre el río Sella entre ambas localidades. En la competición, el leonés José Julián Becerro y el avilesino Miguel Fernández Castañón, del Club fluvial de Lugo, se impusieron con contundencia.
A nivel arbitral, la ejecución de la prueba fue impecable en su ejecución y respeto al reglamento como pone de manifiesto la ausencia de comentarios positivos y negativos. Este año se adoptaron medidas extraordinarias de seguridad que impidieron la manipulación de los cepos, lugar donde se cierran las palas para evitar salidas anticipadas, contratando vigilantes de seguridad y dejando un pasillo entre los cepos y el público custodiado por dichos vigilantes de día y de noche.
No se han vuelto a repetir los incidentes del año 2017 donde dos personas forzaron el cierre que sujetaba las palas de un grupo de K-1 y K-2 cabezas de serie anticipando su salida. Las embarcaciones estuvieron controladas en todo momento por un chip que dificultaba cualquier manipulación durante la competición y que registraba su paso por los diferentes puntos de control. Sonado fue el caso Óscar Santos del Oviedo-Kayak en 2017, vencedor de la prueba C-1 que dejó su canoa en un momento de la prueba para acortar, y volver a otra canoa unos kilómetros más adelante.
Por otro lado, limitar el acceso del público a los palistas con un pasillo vigilado por árbitros y vigilantes de seguridad impide la entrega a los palistas de una pala extra no sujeta a las limitaciones del cepo hasta el momento de la salida.
Tampoco hubo polémicas y críticas en relación a la actuación del Juez Principal al estar exento de relaciones deportivas y/o directivas e implicaciones locales con los clubes dominantes de la prueba, relaciones que siempre son objeto de ‘dimes y diretes’.
Aunque pocos se hayan fijado en la actuación arbitral, Salvador Fontana Esteve recibió la felicitación del CODIS, la Real Federación Española de Piragüismo, la Federación Asturiana de Piragüismo y la Federació de Piragüisme de la Comunitat Valenciana por su actuación.