Inma Boscá y Toni Ibáñez afrontan un nuevo desafío Ultra-Trail de 100 km este fin de semana en la Ultrahélike de Elche

Para Inma Boscá y Toni Ibáñez la vida sigue igual. Que con la que está cayendo, no es poco. A priori, bajo la amenaza de una enfermedad crónica y degenerativa aún por identificar, lo esperable es que con el paso del tiempo todo tendiese a tambalearse, pero lo cierto es que hay brotes verdes:

"En cuanto al estado de salud de Inma la buena noticia es que al menos no va a peor. Aunque sigamos sin saber lo que tiene, está estable y la memoria muscular le ha mejorado. Parece que su cerebro recupera las conexiones motoras más rápido y eso es buena señal, no se le olvidan los movimientos aunque a veces no llevemos el ritmo de entrenamiento o de competición que toca. Así que al menos nos quedamos como estamos”, comienzan por decirnos.

“La rehabilitación sigue yendo muy despacio, necesitaríamos una más completa e intensiva pero ahora mismo no la podemos pagar, esa es la realidad. Seguimos sin encontrar patrocinadores potentes que nos echen una mano, y en este momento ni siquiera tenemos abiertas las donaciones, porque estamos un poco cansados y nos hemos dado cuenta de que hemos llamado a tantas puertas sin éxito que no nos salía a cuenta el desgaste mental que ello suponía.

Preferimos centrarnos en disfrutar y no estar todo el rato pensando en como reunir fondos para hacer cosas, eso no es vida. En la sanidad pública no hay nada a este nivel, nos lo deniegan como enferma crónica aunque desconozcamos la dolencia que tiene, y en la privada todo lo que necesitamos es muy caro”, prosiguen, a vueltas del estado físico de Inma.

 "En cuanto al estado de salud de Inma la buena noticia es que al menos no va a peor. Aunque sigamos sin saber lo que tiene, está estable y la memoria muscular ha mejorado. Seguimos sin encontrar patrocinadores potentes que nos echen una mano”

Bajaron el pistón en cuanto a su intensa actividad de entrenamiento y competitiva. Y no tiran la toalla ni mucho menos, pero cada vez eligen más sus batallas: la próxima será este sábado 22 desde las 8 de la mañana en la Ultrahélike de Elche, con 24 horas de plazo máximo para completar sus imponentes 100 kilómetros de longitud:

“Estos meses hemos seguido entrenando, terminamos el año pasado con un ritmo más bajo pero 2025 ya lo hemos empezado más fuerte y en serio. La edición anterior nos llamaron para invitarnos a correrla pero teníamos ya un compromiso con el Ultra-Trail de Tarragona que cae en el mismo día. Les prometimos que la siguiente la disputaríamos y esta vez no fallamos.

Lo organiza la asociación cultural y deportiva de la Policía Local de Elche, con la colaboración del Ayuntamiento y la Diputación de Alicante. Son 1500 corredores que parten de la Plaza Baix y terminan en el Paseo de la Estación. Antes se llamaba Translicitana y ahora Ultrahélike.

Como en otras ocasiones, es una carrera solidaria en favor de varias asociaciones y causas. Será una cita bonita, porque además curiosamente por primera vez vamos a correr en la Comunidad Valenciana", nos cuentan con la ilusión que transpiran siempre sus voces cuando se aproxima un nuevo reto.

"Antes se llamaba Translicitana y ahora Ultrahélike. Como en otras ocasiones, es una carrera solidaria en favor de varias asociaciones y causas. Será una cita bonita, porque además curiosamente por primera vez vamos a correr en la Comunidad Valenciana"

Inma y Toni como siempre han hecho los deberes y conocen lo que les espera al dedillo, así que comparten con nosotros los detalles de lo que prevén encontrarse a lo largo de esos imponentes 100 kilómetros:

“La prueba es especial para nosotros y es muy divertida porque tocas muchos tipos de camino, asfalto, playa… La organización nos ha puesto facilidades a la hora de cambiar y convalidar algunos tramos donde la silla no cabía porque son muy estrechos, se han portado espectacular. Hemos hecho los tracks, los hemos revisado con ellos y ningún problema.

Los primeros 16 km son en subida y luego un falso llano hacia abajo. Ahí llevas una cadencia muy alta y corres el peligro de quemarte, pero si te quedas corto pierdes mucho tiempo. Es una carrera donde es esencial dosificarse. Quien corra mucho puede llegar a hacerla quizá en 8 horas, nosotros pensamos en hacerla en unas 15, hay mucho terreno irregular y con obstáculos donde Inma no puede ir rápido.

Y luego hay playa, que ahí la silla es como si metieses un tractor. Vamos a disfrutar y a participar, es una prueba que no tenemos pretensiones de ganar ni en la que pensamos poder pelear por la victoria”, argumentan.

"Es una carrera donde es esencial dosificarse. Quien corra mucho puede llegar a hacerla quizá en 8 horas, nosotros pensamos en hacerla en unas 15, hay mucho terreno irregular y con obstáculos donde Inma no puede ir rápido. Vamos a disfrutar, y a participar, es una prueba que no tenemos pretensiones de ganar"

Nuestros protagonistas no desfallecen, pese a atravesar las mismas dificultades que cualquier otro deportista de disciplinas minoritarias, personas dedicadas a cultivar con ahínco sus pasiones o simplemente la inmensa mayoría de la gente en estos tiempos convulsos. Eso sí, con el importante extra de problemas que acarrea su peculiar circunstancia, la cual intentan que en última instancia sirva para abrir puertas y demoler barreras:

“Desde el principio pensamos que el caso de Inma podía inspirar a otras personas y algunas nos han contactado al respecto. Lo que ocurre es que el tipo de Handbike que utiliza ella, que es totalmente manual, ya no es producida por el fabricante. Lo que hay ahora tiene una parte de asistencia eléctrica, lo que para alguien con menos fuerza o una discapacidad más limitante en un momento dado le puede venir bien.

Pero claro, esto hace que el precio ya se haya disparado totalmente, hablamos de unos 8000 euros, y eso pone las cosas mucho más difíciles para casi todo el mundo. Es triste porque eso deja fuera de la posibilidad de competir a mucha gente, incluso a la que le gustaría hacerlo sin ayudas de ninguna clase como Inma. Por suerte nosotros empezamos hace años y todo era más asumible.

Por ejemplo ahora estamos mirando una silla con suspensión y amortiguación y aquí simplemente no hay. En EEUU hay un fabricante que la hace, pero aparte de carísima no está homologada en Europa y las ortopedias nos las traen. Habría que importarla, con todo lo que ello implica de dificultad y coste añadido. Así que de momento nos quedamos como estamos”, afirman con resignación.

“Desde el principio pensamos que el caso de Inma podía inspirar a otras personas. Lo que ocurre es que el tipo de Handbike que utiliza ella, que es totalmente manual, ya no es producida por el fabricante. Lo que hay ahora tiene una parte de asistencia eléctrica, lo que para alguien con menos fuerza o una discapacidad más limitante en un momento dado le puede venir bien. Pero claro, esto hace que el precio ya se haya disparado totalmente"

Estos enamorados de la aventura y la montaña siempre miran hacia adelante y en sus cabezas bullen constantemente ideas sobre nuevos propósitos, así que es inevitable terminar preguntándoles sobre el futuro:

“Después de esta carrera aún no sabemos seguro qué haremos, vamos como aquel que dice, partido a partido. Nos gustaría hacer algo del estilo de lo que hicimos el año pasado en Andorra con la Transpirenaica pero ya veremos. A nivel visual, de momento aquí en Elche pasaremos por montañas esculpidas maravillosas.

Nos gustaría hacer una prueba en el extranjero, preferentemente por etapas, que se nos da muy bien. El problema es el alto precio de las carreras en países como Inglaterra, se va todo a varios miles de euros entre inscripción, estancia, material y demás.

Nos han llamado del País Vasco, allí hay una carrera que se llama Domusa. No vamos a correr esa pero sí quieren que hagamos un poco de embajadores e invitados de honor. La prueba la lleva una asociación llamada Marea Urdina, que trabaja para la inclusión de las personas con diversidad funcional.

En esa carrera hacen un avituallamiento donde siempre convidan a alguien con discapacidad que compita en montaña. Este año nos han invitado a nosotros, daremos una charla y estaremos allí apoyándoles, es algo muy bonito de lo que se benefician muchos niños. Nos hace ilusión, será en mayo”, concluyen.

“Nos gustaría hacer una prueba en el extranjero, preferentemente por etapas que se nos da muy bien. También iremos al País Vasco, allí hay una carrera que se llama Domusa. No vamos a correr esa pero sí quieren que hagamos un poco de embajadores e invitados de honor. La prueba la lleva una asociación llamada Marea Urdina, que trabaja para la inclusión de las personas con diversidad funcional. Nos hace ilusión"

Una vez más les deseamos lo mejor y como siempre os seguiremos contando las nuevas peripecias de largo recorrido de estos infatigables guerreros inasequibles al desaliento.