Ha sido una travesía de 30 días la que ha terminado finiquitando Aina Bauzà, la regatista del Club de Vela Puerto de Andratx; 30 días de soledad, de pelea contra el mar, contra la naturaleza, las inclemencias, las inclemencias meteorológicas y también contra sí misma, contra sus miedos y contra sus frustraciones.

Fue el 3 de marzo cuando la española partió desde el puerto de Cádiz rumbo a las Bahamas, en un monocasco y en solitario. Un desafío enorme para ella y la posibilidad de varios récords a su alcance, de los que se tiene que conformar con haber establecido el récord transatlántico de navegación en solitario en monocasco, algo que ha terminado por certificar el World Sailing Speed Record Council (WSSRC), organismo encargado de los Récords Mundiales de Vela.

Una mujer de récord

Bauzà ya puede presumir y gritar que se ha convertido en la primera persona en completar esta travesía entre Cádiz y San Salvador en solitario en un monocasco, la primera mujer en hacerlo y la primera navegante en una embarcación de 21 pies, es decir, de 6.5 metros. Y todo esto con tan solo 29 años.

«La meteorología no ha permitido coger la ruta más corta. He tenido que bajar muy al sur para mantenerme en la zona de vientos favorables. He tenido que hacer muchas más millas de las inicialmente previstas»

Partió desde la ciudad gaditana con el ambicioso desafío de cubrir las casi 4.000 millas que separaban ambos destinos en menos de 21 días y batir el récord de ser la más rápida de la historia en hacerlo, pero como ella misma explica las condiciones del tiempo no le permitieron casi ni soñar con ello. Tanto es así que, para lograr llegar a Bahamas ha tenido que hacer unas 4.800 millas y ha necesitado un mes completo en el que ha llegado a alcanzar con su monocasco velocidades de hasta 18 kn.

Un mes muy intenso para ella, que solamente ha podido hacer siestas de «unos veinte minutos» para mantenerlo todo siempre bajo control, y también para todos los que hemos ido siguiendo sus andanzas por el océano, puesto que ella misma ha ido actualizando sus redes sociales en la medida de lo posible. Y ahora ya ha explicado que va a compartir esta experiencia con todo el mundo a través de un corto documental que se producirá en los próximos meses.

La protagonista ha dicho que en él narrará cómo ha sido vivir a bordo de una embarcación de 6,5 metros durante un mes sin las comodidades más habituales como son «una cama, una cocina o un baño»

«Es verdad que he navegado sola, pero soy consciente que todo esto no hubiera sido posible sin todo el apoyo recibido»

Nuevos desafíos por delante

Y es que este proyecto ha contado con el respaldo de numerosos patrocinadores y socios, entre ellos, destaca Ànima Negra que ha sido el principal respaldo de Aina del inicio de su carrera oceánica y otras empresas mallorquinas como Astilleros de Mallorca, cuyo apoyo fue fundamental para preparar el barco para este desafío. Además, B&G ha patrocinado la electrónica a bordo, Omniaccess ha facilitado la conexión satelital, PL Sails ha contribuido con el diseño de velas específicamente para el Redó, y Robline se encargó de la cabuyería, entre otros colaboradores cuyos detalles pueden encontrarse en el sitio web del proyecto.

Ahora quiere más, porque siempre quiere más.

Así que la navegante prepara ahora la vuelta a Europa, el Redó by Ànima Negra vuelve a Mallorca a bordo de la flota de Peters & May, colaborador de esta aventura. A pesar del éxito, Aina está ansiosa por nuevos retos y proyectos, aunque ahora le gustaría compartir la experiencia de navegar con más gente y aprender de otros navegantes.