Foto de portada: Pablo Sevilla

Sabe Lorea Ibarzabal que su llegada a la élite no ha sido sencilla. Por eso que lo sabe lo valora mejor que nadie. Es una deportista feliz ahora mismo, a pocos días de gritarle al mundo que ha debutado en unos Juegos Olímpicos, que eso que veía “inalcanzable” cuando era una niña ya es una realidad. Es ella la que está corriendo en el estadio olímpico de París, ante la atenta mirada del mundo entero. Esa niña que veía el taekwondo, la gimnasia, la esgrima o la vela en aquellos lejanos veranos es ahora la protagonista de los sueños de otras niñas. Porque esto son los Juegos Olímpicos y esa es la magia que nunca debe perderse.

El sueño inolvidable de París 2024

Con la tranquilidad de tener la plaza en el bolsillo desde hace muchos meses reconoce que la temporada ha estado enfocada a París y que se encuentra “en el mejor momento” de toda su trayectoria deportiva. Es consciente de la dureza de su prueba, los 800 metros, pero no se pone “ni techo, ni límite”. Y el que avisa no es traidor.

“No me esperaba esta repercusión. Nunca había estado en esta situación y ahora mismo empiezo a entender la grandeza de los Juegos Olímpicos”

Llegará a París como campeona de España y lo hará muy bien acompañada por su entrenador, Uriel Reguero, y sus compañeras y amigas Lorena Martín y Marta García, para las que solo tiene palabras de cariño, admiración y agradecimiento. “Cuando vivíamos juntas jamás nos habríamos imaginado llegar hasta aquí; entonces sabíamos que Marta era la que más opciones tenía pero que estaba centrada en la medicina, pero ahora vamos a ir las tres a París”.

Alegría compartida con sus mejores amigas

Además, casualidades -o no- del destino las tres van a competir el mismo día. “Eso sí que va a ser muy bonito, muy especial. Vamos a compartir pista con muy pocos minutos de diferencia. En unos Juegos Olímpicos. Es algo imposible de describir con palabras”, repite una ochocentista que ya atendió a Yo Soy Noticia hace año y medio, cuando trataba de llegar hasta donde ha terminado llegando.

Entonces peleaba por bajar de 2:01, algo que veía “muy complicado”, sin embargo, tanto han cambiado las cosas que ya está en1:59. “Es verdad que vengo de hacerlo en Madrid, pero no me quiero conformar con eso”, dice una ambiciosa Lorea Ibarzabal quien, pocos días después ganaba el Nacional con récord de los campeonatos. “No esperaba esa marca en la final del Campeonato de España (2:00.12). Estoy en mi mejor momento”

La felicidad, además, es más completa que nunca después de haberse conocido la noticia de que Lorena Martín también estará con ella en París. Y en su misma prueba. “Entrenamos juntas y estos días, desde que supe mi plaza para los Juegos, era una felicidad, pero incompleta porque estaba la duda de lo que iba a pasar con Lorena. Cuando se ha hecho oficial que ella también estará están siendo días preciosos, muy bonitos para nosotras. Es un sueño”.

“Decir que voy a ser olímpica es algo que suena demasiado bien”

Ibarzabal ya ha disfrutado de vestir la camiseta de la selección española, uno de sus grandes objetivos como deportista, pero ahora lo hará en el evento más importante de todos, los Juegos. “Vamos con la lección aprendida del Mundial de Budapest. Ahora es momento de entrenar, sí, pero también de descansar. Hay que tener claro que la mayor parte del trabajo está hecho y solamente queda rematarlo. Hay que llegar a París sano y en las mejores condiciones posibles”.

Y es que los Juegos es un tren que nunca se sabe cuándo puede volver a pasar, si es que vuelve a pasar. “Son cada cuatro años. Es algo muy exclusiva. Creo que es irrepetible. No sabes si la temporada que llegan vas a estar bien, lesionada… No es nada fácil conseguir estar en unos Juegos”

Otro mordisco a su marca

Rumbo a París, reconoce que le gustaría “hacer algún otro 800”, pero que está “complicado” porque todo el mundo está buscando carreras. “Estamos a la espera a ver si sale algo”, explica la mediofondista española, que se ve bajando de marca más pronto que tarde.

“Tengo cada vez las expectativas más altas. Mi entrenador está consiguiendo cosas conmigo que ni yo misma me planteaba”

Quiere dar otro mordisco a su marca (1:59.80): en los Juegos, antes o sino ya llegará después, pero sabe que lo tiene en las piernas y que está en un momento muy dulce de forma. “Se suele decir que el 800 es una prueba para gente más joven. Yo tengo 29 años ahora y me veo mejor que nunca”.

Además, Lorea Ibarzabal, como decíamos al principio, tuvo unos primeros años como atleta complicados, con muchas lesiones. “Yo sé de donde vengo, de tener que parar, entrenar y que te llegue una lesión… Ahora estoy disfrutando de todo esto. Me siento bien, estoy fresca porque apenas he hecho 5 o 6 carreras este año. Tengo muchas ganas de competir”

Y todo eso siempre manteniendo los pies en el suelo, porque sabe que en París todo el mundo va a correr mucho porque es la gran cita del atletismo. “Sé cuál es mi situación, hay gente muy rápida, otras que estarán muy en forma… Pero puede pasar cualquier cosa y yo voy a intentarlo todo con todas mis ganas”.

De Roma a París

Además, ha vivido desde la barrera toda la polémica sobre las marcas mínimas, algo que le ha dado una tranquilidad muy importante. “Yo hice mi marca en Glasgow -en invierno- y entonces no le di demasiada importancia, pero luego cuando durante estas semanas muchos compañeros y compañeras estaban peleando por esa mínima y el estrés que ello conlleva, la verdad es que he sentido una enorme tranquilidad de tener los deberes ya hechos. Ha sido fundamental a la hora de poder preparar París de la mejor forma posible”.

Cierra hablando sobre el reciente Europeo de Roma, en el que, a pesar de correr bien, no pudo estar en la final. “Mi carrera fue la que fue, el evento salió como salió y no pasa nada. Y lo mejor de todo es que tengo la mejor oportunidad para desquitarme en menos de un mes. Es un verano muy bonito”

“La preparación del año siempre ha ido encaminada a los Juegos de París. Ahora queda rematarlo”