Casualidad o no, hablamos con Marta García en el mes de septiembre, cuando ya no escatimaba ni un esfuerzo de cara a ofrecer su mejor versión posible. Es evidente que en todo lo que ha pasado posteriormente, sus récords nacionales, su título de campeona de España o ese lugar entre las diez mejores del planeta es solo mérito suyo, pero perdónennos por considerar que, al menos, le trajimos buena suerte.
Fueron unos meses intensos para la fondista, incansable desde el minuto uno hasta el último. «Ha sido un gran invierno para mí, desde luego«, empiézanos contándonos ahora mismo, cuando ya vislumbra en el horizonte la temporada de aire libre.
«Ha sido el invierno soñado, aunque, a decir verdad, no era un sueño, sino un objetivo»
Mínima olímpica en el bolsillo
La primera gran noticia para ella llegó en el primer instante en que se puso un dorsal en Boston. «Queríamos hacer la mínima olímpica cuanto antes para poder estar tranquilos«, dice al respecto de ese otro puñetazo encima de la mesa, dado nada más estrenar la temporada y que la llenó de confianza para todo lo que vendría después.
«Desde que me uní al grupo de On Athletics Club Europe (OAC) me contaron que la idea era estar en los Juegos de París, que era un proyecto que tenía ahí su gran objetivo», nos explica destacando la importancia de lograr esa marca mínima. «Hicimos un gran esfuerzo y nos centramos mucho en lograrlo lo antes posible. Y lo conseguimos».
Con ese gran estado de forma acabaron llegando los récords nacionales de 2.000 y 3.000 metros -la distancia más habitual-, que me hizo especial ilusión. «Era una marca bastante complicada de batir, la verdad», recuerda sobre ese instante en que vio en la pantalla que lo había logrado.
«Le puse el broche a la temporada con esa medalla de oro en el Campeonato de España y acabando entre las diez mejores en el Mundial»
Lo dice con ese orgullo intacto del que sabe que lo ha dado todo y que los resultados son fruto de un trabajo muy bien hecho. «Creo que no puedo pedir más y tampoco le podía pedir mucho más a mi cuerpo», cuenta con una sonrisa. «Me he dado cuenta de que esta pista cubierta, que ha sido muy intensa, me ha dado mucho. He hecho las cosas lo mejor posible y al final todo ha salido muy bien».
Y ahora… más madera con París 2024 en el horizonte
Cuenta que, tras ese Mundial de Glasgow en el que se batió el cobre contra las mejores fondistas del mundo, supo «recuperar bien y estar tranquila», sin embargo, «apenas dos días después» de esa cita ya estaba cogiendo un vuelo a Sudáfrica, a Dullstrom, refugio del equipo y lugar de concentración habitual, para «preparar el aire libre».
«Ha sido un periodo de 3-4 semanas trabajando duro y preparando a conciencia una temporada que va a ser muy intensa, tanto física como mentalmente», sigue contando una atleta que ya vislumbra en el horizonte esos Juegos de París que paralizarán el mundo entero.
«No están ya tan lejos, los veo a la vuelta de la esquina. Llevo mucho tiempo esperando este momento»
Destaca la importancia que están teniendo en su rendimiento este tipo de concentraciones. «A mí es algo que me va muy bien, me repercuten de forma muy positiva porque me centro mucho en entrenar y creo que entreno muy bien aquí», sigue diciendo la protagonista.
Aunque, eso sí, también quiere destacar que el equilibrio es importante porque «hace falta también estar en casa, estar cerca de los tuyos y estar feliz». Y cierra con un mensaje de agradecimiento a un equipo que la ha acogido a las mil maravillas y con el que está encantada. «Soy perfectamente consciente que sin el apoyo de todo el equipo nada de lo que ha pasado este invierno hubiese sucedido».