El deporte da, a veces, segundas oportunidades. Eso debió pensar Leyre Ortí cuando vio su nombre en la lista de seleccionados para el Mundial de Natación Paralímpica de la próxima semana en Manchester. La nadadora ya pudo disfrutar de un torneo de estas dimensiones cuando tenía solo 17 años, pero su progresión se vio truncada.

“Cuando era pequeña tenía mucha proyección como nadadora y con 16 años estuve en un Europeo y al año siguiente en un Mundial. Sin embargo, la edad, la presión y la dificultad para combinar los horarios con los estudios y con mi vida me hicieron colapsar y me dejé la natación a los 18 porque sentía que tenía que parar”, explica Leyre Ortí.

Me dejé la natación a los 18 porque sentía que tenía que parar

La valenciana nació con espina bífida, es decir, con la médula espinal expuesta. A pesar de ello, es una deportista incansable y luchadora que siempre busca la forma de superarse. Con 21 años volvió a las piscinas porque hacer deporte es aquello que le hace sentirse más viva y más en forma. Y con el agua, se siente en conexión.

“Me encanta nadar y competir. Para mí ir al Mundial es un sueño. Es mi plan del verano. Será una de las últimas oportunidades que tenga de ir a un campeonato del mundo así que lo quiero disfrutar al máximo. Compito en cinco pruebas y tengo muchas ganas porque ni siquiera me lo imaginaba”, comenta la nadadora de 30 años.

Desde que volvió a las piscinas, Leyre milita en el CD Aquatic de Campanar y forma incluso parte de la Junta Directiva. El equipo valenciano será el que más representantes lleve al Mundial con un total de seis, hecho que habla del buen trabajo de un club que lleva varios años seguidos sin bajarse del pódium en los campeonatos nacionales por equipos.

Es un sueño para mí ir al Mundial, hace un año era inimaginable porque los sistemas de clasificación avanzan a una velocidad diferente

Sin embargo, durante todos estos años desde su vuelta, Leyre volvió a nadar en la categoría S8, para nadadoras con un nivel de afección menor del que la valenciana tenía. “Los sistemas de clasificación avanzan a una velocidad diferente a la vida real. Hace años que no estaba en la categoría que me tocaba”, aclara la deportista.

La pandemia no le ayudó porque ya estuvo en conversaciones con la RFEN para cambiar a la categoría S7 antes de que llegara el colapso mundial. No obstante, todo quedó detenido hasta este mismo año que ha sido el primero en el que ha podido entrenar y competir en la disciplina que le correspondía, la S7. El resultado: clasificada para el Mundial y luchando por ir a los Juegos Paralímpicos.

Último sueño: París 2024

Leyre es una deportista competitiva. Como todo atleta que se precie, sueña con ir a unos Juegos, pero no era algo que podía ni siquiera imaginar hace apenas un año. Se había resignado a competir en los Campeonatos de España en categoría S8 porque las nadadoras contra las que luchaba tenían todas menos afección que ella y, por tanto, mayores facilidades.

Ir a los Juegos Paralímpicos de París sería lo máximo, ahora lo veo posible

El paso a la categoría S7 le ha hecho dar un salto en tiempos, en esfuerzo y en ilusión. Ahora sí que compite con personas con una afección parecida a la suya y vuelve a conseguir estar entre las mejores del mundo. Como antaño, cuando contaba con apenas 16 o 17 años. Sus tiempos le han permitido conseguir la mínima para el Mundial y quiere lograr también este hito con los Juegos Paralímpicos de París 2024.

Son los últimos Juegos en los que seguramente podría competir por edad. Es una pena que se haya hecho tan tarde el cambio de categoría para haber podido disputar más competiciones internacionales, pero me queda disfrutar este Mundial y tratar de clasificarme para los Juegos, que sería un sueño, un reto que ahora veo posible”, finaliza Leyre Ortí.