Perder dinero por ser campeón de España de Muay Thai: la historia del alzireño Jordi Biosca

Pagar, y no al contrario, por ser campeón de España juvenil de Muay Thai. Esa es la triste realidad del joven alzireño Jordi Biosca. Su historia y situación representa a muchísimos deportistas más que, por una carencia considerable de mínimas ayudas deportivas, no reciben ningún beneficio económico ni material por ser campeones. Todo lo contrario: deben pagar para ya no solo ganar, sino competir.

YoSoyNoticia.es se citó con Jordi Biosca en el concesionario VOLVO Vedat València para conocer su historia en un gran espacio con vehículos de alta gama. VOLVO, además, es patrocinador y una de las principales secciones de este diario con el lema: VOLVO Destino al Éxito. El joven luchador de Alzira representa a la perfección esas ganas de crecimiento hacia el éxito deportivo y personal. 

Reciente campeón de España

Jordi Biosca es campeón de España juvenil de Muay thai. Lo logró en Guadalajara con 17 años (en agosto cumple 18) tras ganar a Álvaro de Baleares y a Adrián de Canarias. Un gran título que le encamina al éxito o, al menos, le incita a seguir luchando por ello. Así lo pensó hace dos años cuando empezó a practicar el deporte. “A mí siempre me han gustado las artes marciales. Verlo ya era un espectáculo y practicarlo ya me encanta. No lo conocía, pero quería probarlo. Yo veía vídeos de mi entrenador, Erik Esparza, que se fue a Tailandia a pelear. Volvió hecho un toro y ahora estoy con él”, comienza explicando feliz.

El fin de semana del campeonato fue de la siguiente forma: El primer día el pesaje, el sábado semifinal y domingo la final. “Hice tres peleas en mi peso: -67kg. Los combates suelen ser de tres asaltos de dos minutos o de tres. La gente que pelea en mi peso pesa más, pero se adapta para poder competir”, añade. Cabe recordar que en Muay thai se gana por puntuación o por KO: “Hacen falta tibiales, coderas, guantes y a veces peto”. 

Un gimnasio en casa

El gimnasio Kyshenko Gym de Alzira es el lugar de entrenamiento de Jordi. “Nos respetamos todos mucho y tenemos muy buen rollo. Se respira tranquilidad y mucha caña también. Seremos unos 50. Mi entrenador imparte clases a niños de 7 a 11. Hay gente de 50 años… No es solo pelear y ya está, es un entrenamiento para estar en forma”, comenta Jordi.

En tan solo dos años Jordi se ha ido adaptando poco a poco al nivel de sus compañeros e incluso ha logrado alcanzar cotas mayores, como él mismo explica: “En el Campeonato CV peleé con 17 años y gané. Había un chaval de 18 años en la selección valenciana que no ganó, pero en cambio sí fue convocado”.

Queda comprobado que hacerse un hueco en un deporte tan meritorio como minoritario (no para YSN) es complicado tanto a nivel deportivo como a nivel institucional. “La situación está bastante mal. En Alicante hay más veladas, pero en Valencia y Castellón hay que potenciarlo más. España en general es bastante floja. En Holanda, Bélgica… hay mucho más nivel”, añade Jordi.

“Pagar por que te partan la cara”

Jordi tuvo que pagarse de su bolsillo el viaje a Guadalajara, así como la estancia y diferentes gastos de los tres días. “Todo me lo pago yo. Pago para ganar y… luego falta que gane. Puedes pagar y que te partan la cara (apunta irónicamente entre risas). El director de la CV se me acercó a felicitarme, pero ya está. Se llevan ellos el dinero cada vez que gana un valenciano”, explica. En noviembre Jordi puede ir a competir al europeo en Polonia, pero es un interrogante constante esa cuestión por motivos económicos: “No sé si voy a poder pagarme ese viaje”.

Con una convicción clara: “la idea siempre es ganar. Pero una lesión o cualquier imprevisto te pueden dejar fuera. Pero siempre quiero ganar”, Jordi sigue entrenando cada tarde en Alzira. Estudia un grado medio de deportes, por lo que su mente es 100% deportiva, aunque los fines de semana trabaja como camarero en un bar “para poder pagar todo sobre el Muay Thai: gimnasio, material, desplazamientos…”. Jordi Biosca: un campeón prematuro destino al éxito, pero con muchas barreras económicas para poder avanzar por la falta de apoyo.